Cartas De Una Obsesión 2 (Como si no las hubieras leído)

Capitulo 7

—¿Me prestaras su número?

Ella me lo dio.

—Que te diré una cosa, el pagara por todo y haré que su conciencia lo persiga, aunque el sea un enfermo que arruina vidas.

—No vayas sola, déjame ir contigo.

—¿Estas dispuesta a verlo a la cara después de todo?

—Si.

—Hay miles de cosas que no he dicho y no se si tu las sepas. Tampoco se si sea bueno que las conozcas.

—¿Son peores que el asesinato de todo lo que estuviera a mi alrededor?

—Es lo que hizo a ti y tu cuerpo...

—Prefiero no saber, así finjo que no paso.

Así prefirió ella, ella decidió no saber a pesar de que ya podía intuir a qué me refería.

Desde mi teléfono le envié un mensaje, uno que decía que nos viéramos en una cafetería.

Desde lejos vi a Emilia sentarse frente a él. Vi como el tomaba sus manos, tenía a Augusto Jones o como se llame tan cerca.

Camine hacia el, fingiendo chocar con la mesa y dejar caer mi café frío sobre el.

—Lo siento —le dije ese día.

El río por lo alto.

—No te preocupes, esto me recuerda mucho a ti Emilia.

—Lose —dije —tu me enseñaste esto Jeremy Anderson.

—¿Disculpa? ¿Te conozco?

—¿Se olvidó de mi? Yo lo conozco muy bien, se incluso como piensas.

El estaba extrañado sin entender nada.

—Bueno, más bien se como piensa Augusto Jones.

Su cara se desfiguró completamente.

—Se como piensa el asesino, psicópata y enfermo Augusto Jones.

El no me quitaba la vista de enfrente y miro a Emilia.

—Tranquilo, te conocía tan bien que cuando me aislé en mi casa durante dos putos años te sentías como mi único amigo así que no le dije todo.

El intento levantarse.

—Tu no te vas —dijo Aron llegando a mi lado.

—No te asustes, se que es igual a Harry —dijo Emilia.

El estaba entrando en pánico, sus manos sudaban.

—No sabes la mierda que se sintió estar atormentada y no se si tu puto hermano existe o no pero con esas putas cartas no solo le quitaste la vida a Emilia también arrasaste con la mía.

—Yo, yo solo quería ayudarte

—Tu hermano nunca llegó.

—Aún podría hacerlo.

—No volverás a intimidarme. Nunca.

Así fue como le dio un ataque al corazón y murió en aquella cafetería, los de la ambulancia no alcanzaron a llegar.

Fui a su funeral, vi llegar mucha gente pero ningún hermano.

Llore, lo hice cuando una mujer llegó gritándome, llamándome asesina, dijo que mate al amor de su vida y al padre de sus  hijos.

Le dije que el no era el hombre que ella creía  que el había hecho mucho daño y su única respuesta (la cual no esperaba) fue que ella lo sabía, sabía todo, lo de los asesinatos, las violaciones a Emilia, también dijo que ella leyó las cartas antes de que el me las enviara y que el solo quería protegerme.

Ella estaba igual de mal que el.

Nadie pudo soportarlo, fuimos a la policía y dijimos todo.

No podían arrestar a la mujer por cómplice al saber aquellas cosas y no haber dicho nada pero si la llevaron al psicologo, a ella y a sus hijos, buscando que no tuvieran la misma condicio psicopata de su padre.