Razón 9°

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La clase de historia jamás fue su favorita.

Taehyung nunca comprendió el fin de aquella materia, ni de aprender sucesos de hace miles y millones de años. Es interesante en sus libros de fantasía y ficción, es interesante en las series de televisión. Pero ponlo en un examen y se querrá lanzar del tercer piso de un edificio.

Cuando el profesor pronunció la palabra "equipos", Taehyung estaba a punto de llamar a sus padres para que lo sacaran de esta pesadilla; sin embargo, sintió un pequeño toque en su hombro que lo hizo mirar por detrás de su espalda.

—¿Quieres ser mi equipo? —Jimin estaba tan cerca suyo que logró sentir su respiración contra su nuca, el castaño lo observó por un segundo y sabiendo que no tenía otra opción; aceptó.

Esa tarde, Taehyung fue a casa del rubio para poder hacer la investigación. No quería aceptarlo, pero jamás se había sentido tan nervioso en su vida.

Tocó el timbre y por la puerta lo recibió un alegre y hablador Jimin. Lo invitó a pasar y ambos se dirigieron a su habitación entre empujones y comentarios sarcásticos.

Empezaron con su trabajo, Taehyung se mantenía en silencio y Jimin por su parte le hablaba de lo feliz que estaba que el castaño estuviera ahí con él y que fuera su compañero de equipo. El más alto simplemente asentía ante sus palabras, demasiado ocupado observando como el otro las pronunciaba.

Hubo un momento de silencio entre ellos, en el que el sonido de sus corazones latiendo a gran velocidad inundó la habitación y sus ojos se encontraron por un largo momento. Jimin trago saliva y después posó su mirada en los labios del contrario, Taehyung había leído demasiadas historias románticas como para saber cuál era el siguiente paso.

El rubio estampó sus labios contra los del rizado y éste se congeló ante su tacto. Podía sentir el movimiento de los labios pomposos de Jimin sobre los suyos y la manera en que le decía tantas cosas con solo ese beso.

No pasó mucho tiempo antes de que Taehyung lo devolviera, moviendo sus labios sobre los ajenos y abriendo su boca para dar un mejor acceso a la lengua del otro.

Se sentía correcto, se sentía bien. Se sentía como lo más cercano al cielo que jamás se hubiera sentido.

Y ahí, mientras su lengua juega con la boca del chico al que más odia; maldice que Park tenga todo este poder sobre él, que sea la razón de su corazón acelerado, que sea la razón de su descontrol y de su poca cordura.

Y lo odia por eso.

📛

No coman frente a los pobres, gracias.

Fuera de broma, me encanta la dinámica de estos dos.

Solo queda una razón más :( veamos que pasa.

Razones para odiarte | Vmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora