우리의 40: Auditorio 노래

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Fue casi medio día de viaje hasta Seúl, y el recital de piano era mañana, por lo que fue corriendo con desesperación a comprar una entrada.

Tuvo que quedarse en un hotel de forma inesperada, ya que, era la primera vez que visitaba la ciudad.

Definitivamente, era diferente, mucho ruido, humo, gente, edificios grandes...¿Allí se había criado Hyunjin? Era una pesadilla.

Sin saber que hacer, se dio una vuelta por la gran ciudad, haciendo tiempo hasta que llegará la noche.

No iba a mentir, estaba nervioso. Mucho. Habían pasado seis años desde que se vieron por última vez. Así como Minho no se había olvidado de Hyunjin, ¿él tampoco de Minho?

Había mirado por horas enteras la foto de aquel periódico, y los carteles colgados en el auditorio. Se veía jodidamente bien. Eso parecía más un sueño que una realidad.

Las ocho de la noche llegaron y Minho se dirigió al auditorio, con nervios. Se sentó en una de las filas más lejanas, para poder tener una buena vista de todo el lugar.

Allí, se presentaban más personas además de Hyunjin, por lo que tuvo que aguantar a unas gemelas violinistas y un anciano que cantaba ópera, hasta que llego el turno de Hyunjin.

Minho esperaba que de verdad fuera él y no un producto de su imaginación. Pero su corazón se paró al verlo entrar en el escenario por la parque izquierda.

Se había dejado el pelo largo, bastante, recogido en una coleta alta. Iba vestido con un perfecto traje negro, que le hacia lucir demasiado formal y sexy. Minho sentía que se desmayaría.

Pero su emoción fue en aumento cuando lo escucho tocar las primeras teclas de una canción que conocía muy bien.

Hyunjin se había puesto a tocar una versión algo más clásica de lo que una vez fue Neverending Story, compuesta por el mismo.

Tenía una sonrisa enorme en sus labios, mientras que Minho había dejado escapar algunas lágrimas, en silencio.

La canción duró una eternidad, o eso sintió Minho. Cuando finalmente termino y Minho salió de su ensoñación, Hyunjin dejo el escenario y Minho se levantó de su butaca.

No sabía como encontrarlo, dudaba de que siquiera le dejaran entrar entre vestidores. Pero debía intentarlo, porque su corazón se lo pedía.

Hyunjin salió del escenario con las lágrimas en los ojos. No sabía porque había decidido tocar en específico esa canción, pero simplemente lo hizo.

Recogió sus cosas de entre vestidores, y sin esperar a que terminara el recital, salió de allí.

Siempre terminaba llorando, y se odiaba por eso.

Con la chaqueta del traje en la mano, caminaba con tranquilidad entre las frías calles invernales de Seúl.

Puede que andará un poco más y después se encerrará en su casa mientras veía una peli triste en su pequeña televisión.

Pero sus pensamientos fueron borrados cuando una voz le gritó a sus espaldas.

- ¡Hwang Hyunjin!

El peli negro dejo de caminar, sintiendo que las lágrimas volverían a saltarle al rostro.

Se negó a que eso fuera real, estaba tan demente que empezaba a imaginarse cosas. Quería seguir caminando, pero su cuerpo le pedía a patadas que se girara, que comprobará que eso era cierto. Que Minho estaba parado a unos metros de él.

Pero no pudo hacer nada cuando unos brazos lo rodearon por detrás, en un abrazo. Finalmente, las lágrimas corrieron por sus mejillas sin pudor.

Sintió humedad en su hombro, y supo que Minho estaba llorando. Porque si, ese era Minho.

- ¿¡Porque mierda te fuiste de golpe!?- le recrimino el mayor, con la voz quebrada.- ¿Por qué no me dijiste que te irías? Me dejaste solo, ¿sabes lo mucho que llore por ti?- Minho no tenía la intención de detenerse.- ¿Por qué lo hiciste?.. solo quiero saber por qué.

Hyunjin se tragó el nudo en su cuello.- Lo siento.

Minho sintió sus piernas desfallecer al escuchar la voz contraria. Hyunjin había cambiado físicamente, pero seguía siendo el tierno y tímido chico que lloraba por todo.

- Lo siento, yo..- Hyunjin medito sus palabras.- ..me obligaron a irme, y no quise que tú vivieras de esta forma,.. quería que fueras feliz..

- Contigo soy feliz.- le aseguro, aflojando el agarre y parándose frente a frente con el contrario.- ¿Por qué dudaste de eso?

Ver a Minho después de tanto tiempo lo golpeó mal. Tuvo más ganas de llorar. El mayor seguía igual a como lo recordaba, cabello castaño, ojos marrones tan brillantes como el sol, y unos labios rosas realmente apetecibles.

- Lo siento..- se volvió a disculpar.

Minho sonrió con ternura y le limpio las lágrimas del rostro con cuidado. Ambos sintieron cosquillas con solo ese roce de pieles. Estaban muy cerca, pero eso no les importaba.

- Deja de disculparte..- pidió el castaño.- Te perdonó con una condición.- le propuso, llamando la atención contraria.- No te alejes nunca más, por favor.




















우리의 - 노래

Our Song // HyunhoWhere stories live. Discover now