🏀Megan desea ganar una beca en una universidad prestigiosa con su mayor talento, el baloncesto.
👗Sin embargo,un accidente se lo impedirá o eso creía.
🌻Gulf es su hermano mayor con un sorprendente parecido a ella.
☀🌻¡Una peluca y mucho maquillaje...
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Gulf se sentía perdido, a penas podía mantener el equilibrio con ayuda de Ale. Ni siquiera sabía a dónde iban. Solo quería salir con Mew y comprarle lo que le prometió.
—Megan, ¿tus llaves?.—con algo de torpeza, señaló el bolsillo delantero de su mochila rosa. La pelirroja lo sujetó de la cintura, para impedir que se cayera, y haciendo un rápido movimiento, logró abrir el cierre de la mochila.—Creo que sí debí pedir ayuda.—susurró antes de insertar la llave en la perilla, girarla y empujar puerta con su pie.—Muy bien, Megan. Ayúdame ¿si?.—con su espalda cerró la puerta, antes de dejar las mochilas en el suelo y acostar a Gulf en uno de los sofás.—¡¿Hola?!. ¡¿Hay alguien?!.
—Mis papás...salieron.—Ale suspiró ante aquella información brindada por el azabache.
—Bien, no te preocupes. Te haré un té caliente, tú...eh...—regresó hacia las mochilas, abriendo la rosa, para sacar una camiseta y un buzo blanco y entregárselas a Gulf.—ve cambiándote, Megan.
Gulf asintió, sujetando la camiseta, dispuesto a cambiarse ahí mismo.
Ale aprovechó para correr hacia la cocina, buscando el lugar de las tazas y el paquete de infusiones, para luego servir agua fría en la tetera y prender la estufa.
Mientras tanto, el azabache se quitaba su camiseta con algo de lentitud. Solo quedando con el pequeño brasier que le había prestado Megan, pero también se lo quitó para entrar en más comodidad. Se levantó del sofá para bajarse su short del equipo y comenzar a colocarse su buzo blanco. Con algo de alivio se quitó la peluca antes de desordenar su cabello real.
Estaba demasiado ocupado para percatarse que la pelirroja seguía en su casa y ahora estaba saliendo de la cocina.
—Oye Megan, no encuentro las tazas, ¿puedes ayudar--...?.—la mirada de Ale se fijó en aquel chico azabache, con los ojos entre-cerrados, mirándola.—¡AAAH!. ¡UN LADRÓN!.—Gulf se asustó al escuchar tal grito y de repente, sintió un fuerte puñetazo en su mejilla por parte de Ale, haciéndolo caer en la alfombra al lado del sofá. La pelirroja comenzó a golpearlo.—¡MUERE!. ¡MUERE!.
Parece que Ale había aprendido rápido luego de esa vez que se enfrentó al acosador. Solo que ahora, él estaba sufriendo.
—¡Alto!. ¡Soy yo, soy yo!.—pidió Gulf cubriendo su rostro con sus brazos, evitando que lo siguiera golpeando. Ale se detuvo, analizándolo.—Ay...—tocó su mejilla, sintiéndo aún más dolor.—Soy...yo.
—¿Yo?. ¿Quién yo?.—Ale lo miraba, furiosa. Amenazándolo con una espátula gris, fue lo primero que encontró para defenderse.—¡Habla o te asesinaré con ésto!.
—Me...gan.—susurró Gulf y el rostro de la pelirroja cambió por completo, transformándose en uno de confusión pura. Su mirada pasó al sofá, encontrándose la peluca y el uniforme de su equipo dispersos en el suelo.—Puedo...puedo explicarlo.
