🏀Megan desea ganar una beca en una universidad prestigiosa con su mayor talento, el baloncesto.
👗Sin embargo,un accidente se lo impedirá o eso creía.
🌻Gulf es su hermano mayor con un sorprendente parecido a ella.
☀🌻¡Una peluca y mucho maquillaje...
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Mew corría por los pasillos de su preparatoria llevando una pequeña botella de agua en sus manos, para una persona en específico. Su mirada pasó por una repisa de trofeos detrás de una vitrina. Dió unos pasos para buscar mejor a la chica azabache que anhelaba.
Muchas fotografías enmarcadas en el cuadro de honor, Megan tenía medallas, algunos diplomas y sobre todo, los trofeos de años pasados. Sonrió, orgulloso.
Con una de sus manos, peinó sus mechones desordenados y llegó hasta la puerta de ingreso al gimnasio, a punto de tocarla ligeramente. Sin embargo, ésta se abrió de golpe.
—¡Megan, ya vámonos!.—el castaño se apresuró para esconderse detrás de unas plantitas al ver salir a cinco chicas.—¡Es un partido solamente!. ¡Vamos, Megan!.—Mew miró la botella en sus manos.
—¡Está bien, chicas!. ¡Las alcanzaré luego!.—un grito provino de adentro, haciendo un eco. Mew reconoció esa voz al instante y su rostro se iluminó.
—Dios, Megan es demasiado exigente consigo misma.
—Nunca estará satisfecha.
—Saben cómo es Megan cuando un partido se acerca, no tiene caso.—dijo una de ellas y terminaron por alejarse en grupo.
Haciendo el menor ruido posible, Mew volvió a observar dentro del gimnasio desde la puerta medianamente abierta, su sonrisa se agradó al ver a una azabache, trotando un poco antes de saltar y lanzar el balón, el cual rebotó en el tablero.
Mew hizo una pequeña mueca. Estaba apoyándola en silencio, como siempre.
Megan estaba impulsada por la codicia de ganar cada partido y obtener la perfección, sus amigas lo sabían y Mew también.
El semblante que conocían de la amable Megan, cambiaba por completo en el campo de baloncesto.
—¡Vamos!.—gritó Megan, sujetando el balón entre sus manos antes de lanzarlo por segunda vez, pero fallando en el intento.—¡Agh, NO!.—por el enojo, terminó pateando los balones en el suelo, logrando que chocaran con la pared.—¡NO, NO!.—la azabache sujetó sus cabellos negros, frunciendo su ceño.—¡¿Estás feliz?!.—le gritó a la cesta, que seguía en movimiento debido al golpe en el tablero.—La entrenadora Donaldson dijo que debía mejorar mis tiros, ¡pero no ayudas en nada!. M-Mis padres lo verán...no...no...
Luego de un pequeño ataque de ira, Megan se sentó en el suelo, escondiendo su rostro entre sus piernas flexionadas a la altura de su cabeza, estaba decepcionada de ella misma...otra vez.
Mew respiró profundo llenándose de valor. Era su primera vez hablando con la primera chica que le causaba interés, tenía que hacerlo bien. No podía hacer el ridículo.
