seis

3.9K 606 508
                                    

Los celos de Louis duraban poco, duraban tres días y era bastante fácil controlarlos pero esa vez fue diferente. Su omega lloraba buscándolo a él.

Louis lloró cuando comenzó a doler.

Y el suéter del alfa que Louis había "olvidado" regresarle una noche cuando hacía mucho frío lo acompañó durante esa semana.

Esa dolorosa semana.

Su madre no dijo nada, no preguntó pero veía la curiosidad en sus ojos y Louis no quería responder.

Estaba terminando de ponerle los malvaviscos al chocolate caliente de sus hermanas cuando su teléfono sonó.

Era un número desconocido y sonrió.

"¿Hola?"

"Louis."

Louis sonrió, su voz, había extrañado tanto su voz.

"Harry." Saludó mordiendo su labio inferior, le dio el chocolate a sus hermanas y subió a su habitación. "¿Cómo estás?"

"Bien, estoy bien." Lo escuchó decir. "¿Y tú?"

"Bien." Respondió y se acostó en la cama. "¿A qué debo el placer de tu llamada?" Se hizo el tonto pero la sonrisa no se iba de su cara.

"Nuestra cita."

Louis chilló pataleando en su cama tapando la bocina de su teléfono.

"¿Nuestra cita?" Preguntó cuando su corazón se recuperó.

"¿Lo olvidaste?" El alfa sonaba decepcionado.

"Sólo quería que lo dijeras." Susurró y escuchó su risa. "¿Tu celo...?"

"Lo siento, nunca suele durar tanto." Lo escuchó suspirar. "Probablemente creíste que te mentí porque pasó una semana y no llamé, lo lamento, acaba de terminar y lo primero que hice fue llamarte."

Se derritió, dios, Harry era encantador.

"No te preocupes, estaba en mi celo también, que coincidencia."

Louis revisó la pantalla de su teléfono cuando Harry no respondió.

"¿Estás ahí?"

"Sí, sí aquí sigo."

"¿Entonces?"

"Entonces ¿puedo verte hoy?"

"Sí." Fue rápido en responder, vergonzosamente rápido. "¿En el metro?"

"No, paso por ti, mándame la dirección."

"Okay." Louis jugó con la sábana. "Lo haré y luego no voy a dejar de enviar mensajes."

"No dejes de enviar mensajes."

Louis terminó la llamada con una ridícula sonrisa.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧

Harry bajó del auto y se arregló el saco, caminó hasta la puerta de madera y se aclaró la garganta antes de tocar el timbre.

subwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora