subway

siete

"Tenía dieciséis años cuando me presenté como alfa, no era una sorpresa, en mi familia todos somos alfas a excepción de mi madre y sus hermanas." Harry no lo veía, habían regresado al auto y Louis escuchaba atentamente.

"Tengo una hermana mayor, es cinco años mas grande que yo y estaba ya enlazada. Mi familia siendo una generación de alfas tiene a un lobo muy fuerte, nuestro aroma, nuestra marca, todo siempre es intenso." Continuó diciendo. "Gemma era incluso más intensa, amaba a su omega de una forma no tan sana y en su celo siempre la lastimaba, a su omega no le molestaba o eso aparentaba hasta que una noche...

Gemma había lastimado a Oriana, su omega, incapaz de controlarse por su celo, su lobo había tomado por completo el control de ella y le había hecho daño. Oriana había salido herida, le había abierto la mordida de una forma espantosa y la pobre omega había terminado hospitalizada.

Cuando Gemma recuperó la conciencia, su omega había roto el lazo y le había puesto una demanda. Gemma insistía que no recordaba nada, que no sabía lo que había pasado y que lo único que recordaba era haber entrado en celo.

Pero eso había sido suficiente para un pequeño Harry que apenas iba conociendo a su lobo, fue suficiente para no querer relacionarse con él. Con su instinto.

"Me llené de pastillas que aplacaban mi aroma, que dormían a mi lobo, es por eso que cuando me conociste no oliste nada, no podía permitirme eso, los aromas me molestan porque me hacen recordar lo que pasó con mi hermana."

"Harry, eso no es tu culpa." Louis se estiró para quitar una lágrima que caía por su mejilla. "No eres igual que ella."

"Tenemos la misma sangre, ¿qué tal si te hago daño? La última vez que estuve con alguien le dejé tantas marcas y nunca más volví a buscar con quién pasar mi celo. Temo no poder controlarlo, antes no me importaba tomar pastillas pero entonces te vi y luego te cruzaste tantas veces en mi camino y yo deseo, Louis, con todo mi ser poder ser un alfa digno de ti."

"Harry." Louis sollozó. "Eres un buen alfa, lo he visto."

"No puedo permitirme hacerte daño, prefiero morir antes."

"No vas a hacerme daño." Juró el omega que lloraba al verlo tan herido, tan vulnerable.

"Eso no lo sabes." Harry susurró y secó sus lágrimas y lo acomodó en el asiento poniéndole el cinturón. "Te llevaré a tu casa y puedes pensar..."

"¡Eres mi alfa!"

Harry detuvo sus movimientos.

"Has sido tú, todo este tiempo has sido tú."

"Louis..."

"¿No lo sientes tú también?" Louis ladeó la cabeza. "Creí que me imaginaba cosas, creí que sentirte aún cuando no te veía eran cosas que me inventaba porque me gustas mucho pero mi celo nunca dura una semana, mi celo empezó cuando inició el tuyo y terminó antes de recibir tu llamada."

Harry lo miró con los ojos abiertos.

"Y encontrarnos tantas veces no pudo haber sido una casualidad." Louis lo miró de regreso.

"Omega..."

"Dime que no, dime que me estoy inventando todo para seguir adelante." Louis sollozó.

"Eres la única persona que puedo oler y no sentirme enfermo." Harry le limpió las mejillas. "Mi auto estuvo en perfectas condiciones desde hace un mes pero no podía renunciar a verte."

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Louis no quería soltarlo, habían bajado del auto hace diez minutos y el omega seguía aferrado él. Harry mantenía una mano en su espalda mientras la otra sostenía su teléfono sobre su oreja.