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James se quedó afuera de la puerta unos minutos cuando comenzó a escuchar gemidos adentro, abrió la puerta y vio a Wanda en su cama con un cepillo dentro de ella, James se acercó y se lo sacó de un tirón, Wanda soltó un pequeño gemido y le sonrió a James acercándose a él y James se apartó.

—Me dieron más ganas cuando terminamos y tuve que improvisar pero ahora que estás aquí...
—Nadie ni nada puede cogerte, solo yo. – La voz de James era firme y asustó un poco a Wanda.
—Es..está bien, tú puedes ayudarme a terminar.
—Estas castigada.
—En serio? Por masturbarme?– Wanda pregunto incrédula levantando una ceja. James la vio de nuevo y camino a la salida cerrando la puerta por fuera.

Wanda quiso abrir la puerta pero se dio cuenta que tenía llave y comenzó a gritar y golpear la puerta, Elena y Silvy la escucharon pero ella sabían que cuando pasaba algo así no podían meterse.

James fue al comedor para por fin poder desayunar algo, desde que supo que Esme desayunaba todos los días ahí pero recordó que las chicas estaban comiendo afuera y fue hacia allá para ver si había quedado algo de comida y vio que Esme seguía sentada ahí, estaba de espalda viendo los arbustos.

James movió una silla para sentarse e hizo que Esme diera un pequeño brinco por el susto, volteo rápidamente a verlo y luego agachó su cabeza, James tomó un plato y se sirvió la poca comida que quedaba.
Esme se estaba poniendo de pie para irse pero James la interrumpió.

—Puedes quedarte, si quieres, con que no me molestes.– Esme no volteo a verlo y siguio con su mirada en los árboles— Se siente diferente estar aquí.
—Nunca has comido aquí afuera?
—No.
—Como puedes desaprovechar una vista así?
—Pues así, solo no salgo y ya.
Esme soltó una carcajada y James volteo a verla, la chica puso la mano tapando su boca y siguió riendo.— Nunca te había escuchado reír desde que llegaste.
—Como iba a reír si solo me maltratabas?

James sintió incomodidad ante ese comentario, si bien era cierto que había malteado a la chica jalando su cabello o ahorcandola nunca se había puesto a pensar en eso, su coraje siempre era mayor que el. Bajo su mirada con algo de pena y comió lo más rápido que pudo para luego ponerse de pie e irse.

—Espera, tu corbata está mal hecha.– Esme se puso de pie y se acercó hasta su pecho para arreglarla.
James se quedó como una estatua y se dio cuenta de que lo pequeña que era, fácil el era dos cabezas mal alto que ella, vio que estaba de puntitas y se agachó un poco quedando casi a la altura de ella.
—Eres demasiado pequeña.
—Ya lo se.
—Que edad dijiste que tenías?
—25. Ya estás listo.

Esme se volvió a sentar y James siguió su camino. Llegó al cuarto en donde había encerrado a Wanda y abrió la puerta, la pelirroja estaba en su cama llorando y cuando vio a James no sabía si alegrarse o llorar más.

—Espero que hayas recapacitado.
—Si lo hice señor.
—Lárgate a tu cuarto.

Wanda salió disparada y cerró la puerta con llave mientras James bajó a la cochera y tomó el primer auto que vio y se fue.

Eran las 8 de la noche cuando Esme se levantó. Después del desayuno subió al su cuarto y se quedó dormida por los desvelos de otras noches, tocaron a su puerta para luego abrirse  y que Wanda pasara por ahí con una botella de vodka.

—Necesitamos divertirnos y ahogar las penas.
—Creo que si lo necesito Wanda.

Wanda tomó primero un trago de la botella y luego se la pasó a Esme y así fue como siguieron haciéndolo durante la noche.

—Yo pensé que estar con alguien millonario sería diferente.– Soltó Wanda después de unos tragos.
—Explícate.
—Pensé que sería ir de compras, ir a cualquier parte del mundo, miles de autos para mi pero en lugar de eso he estado todo el tiempo encerrada.
—Estas con un delincuente, obviamente el estar escondidos es fundamental.
—Solo viene algunas noches a cocerme y se larga, ah y ahora no puedo masturbarme porque dice que solo él puede tocarme.– Esme empezó a reírse sin parar.
—Tal vez tiene miedo de que tú te lo hagas mejor de lo que él lo hace.– Wanda también se rio y ambas seguían carcajeándose.
—Pues te dire que gemi mas con el cepillo.

Siguieron tomando de la botella y cuando llegó a la mitad ambas se sentía un poco más alegres pero sin llegar a un estado de ebriedad.

—Te parece si jugamos a algo?– Propuso Wanda.
—A cual?
—Nos hacemos preguntas y si no queremos responder nos vamos quitando una prenda de ropa.

Esme dudo unos segundos pero por primera vez desde que llegó se sentía agusto acepto.

—Está bien, empieza tu.– Dijo a Wanda y la mujer se quedo pensado que preguntar.
—Dormir con alguien en la primera cita o esperar seis meses.
—Creo que esperaría los seis meses, qué tal si no se baño ese día?
—Yo hubiera escogido la primera cita pero tienes un buen punto.
—Cual es tu fantasía más reciente?
—Fácil, tener un trío pero dos mujeres y un hombre. A ver, la última vez que cogiste?
—Eh hace dos meses.
—Hace cuánto llegaste aquí?
—Eh un mes creo.
—O sea que desde antes no lo hacías?
—Es que había estado ocupada con mi trabajo y pues no tenía tiempo.
—Corazón, siempre hay tiempo para un buen orgasmo.
—Te gusta dulce o agresivo?
—Mmm creo que depende de mi humor en ese momento, pero disfruto ambos por igual.—Wanda se quedo pensando en su pregunta.— Cuando fue la última vez que te masturbaste?
—Eso no lo responderé, es privado.
—Esme me acabas de decir hace cuanto no coges y esto te parece privado?

Esme se rio y sintió mientras se quitaba su pantalón quedando en un calzón negro de encaje.

—A ver pequeña Wanda, tres cosas raras con las que te hayas masturbado?
—Eso no, no quiero que me juzgues.
—Ándale, no lo haré.
—No puedo.
—Entonces ya sabes que hacer.

Wanda se quitó su blusa quedando al descubierto sus pechos porque no traía brasier, Esme estaba sorprendida por lo enormes que eran y Wanda se reía por la forma en que Esme los miraba.

—No esperabas verlos, verdad?
—La verdad no, creo que te tengo envidia.
—Quieres tocarlos?– Dijo Wanda en broma y Esme se rio. Entre sus carcajadas escucharon la puerta cerrarse de forma brusca y ambas se vistieron. Wanda se fue a su cuarto y Esme escondió la botella.

James subió las escaleras y entró a la habitación de Esme sin tocar viéndola solo con un calzón de encaje negro. Esme volteo y rápido agarro la cobija de su cama y se tapo su cuerpo.

—No te molestes, al verte solo comprobé que efectivamente eres como una mesa. Te traje esto.– Saco un sobre blanco y se lo acercó.
—Que es?
—Una carta. Es de tu madre. Le entraron las que habías escrito hace unos días y esta es su respuesta.
—Está abierta.
—Obviamente la leí primero antes de entregártela.

Esme sintió que su alma volvía a su cuerpo, sintió una felicidad enorme al tener ese sobre en sus manos. Se acercó a James y tomó su mano apretándola un poco.

—Gracias James.

James se dio la vuelta saliendo del cuarto y estiró su mano, como si quisiera deshacerse de la pequeña corriente que estaba sintiendo su mano

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora