Capítulo 14

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Días habían pasado desde ese encuentro con su padre y aún no se había encontrado con Kohaku.

Y es que pensarlo era una cosa, pero hacerlo era otra y una muy diferente.

No podía pedirle ayuda a nadie ya que de su aventura con Kohaku nadie sabía, que él supiera no, y no era una opción revelarlo por  solo un poco de ayuda.

Una mente brillante para la mecánica  clásica~

Una mente extraordinaria para la mecánica cuántica~

Una mente sorprendente para entender el electromagnetismo~

Y un genio para la termodinámica.

Pero, un completo imbécil en el amor...

Si solamente esté no fuera tan problemático y confuso.

Vueltas y vueltas daban ideas en su cabeza.

Cada una siendo descartada con el mínimo error.

Ya la había perdido y si la quería recuperar no podía equivocarse.

Quizás y está sea su última oportunidad…

Quemándose las neuronas, sintiéndose cansado mentalmente aunque parezca una mentira tal sensación.

Una excelente idea le surgió.

Y era…

¡La impulsividad!

La impulsividad lo metió en esto, y la impulsividad lo sacaría.

El amor es algo completamente ilógico que no vale la pena buscarle su ciencia.

Es algo que jamás comprenderá pero aprendido por las malas que cuando se trata del "amor" no es algo de comprender, es algo de sentir.

Al fin y al cabo…

Las palabras se las lleva el tiempo y los hechos quedan.

La rutina de Kohaku no debía a haber cambiado mucho y la de su esposo tampoco, no existía persona que supiera mejor sobre esto que el mismo.

Muchas veces se presento en su apartamento sin avisar sabiendo perfectamente que el idiota de su esposo no iba a estar.

Tantas veces la hizo suya llegando le de sopresa cegado por la excitación.

¿Por qué no hacerlo una última vez arrojando todas sus cartas en una misma jugada?

Era una idea completamente ilógica, sin base, pero igual era todo lo que llevaba haciendo desde hace tiempo. Solo cosas ilógicas, además, a veces no está mal dejarse llevar por los actos de la estupidez humana.

Y mucho menos cuando estos le podían dar su felicidad.

No existia mejor felicidad para el que su leona.

...


El lunes es un día de inicio de semana de trabajo, escuela y más, era un día el cual tanto Kohaku como su marido se encontraban ocupados. Ese día no podía irrumpir en el apartamento ya que ella no iba a estar hasta horas muy tarde de la noche.

El martes esté trabaja todo el día y Kohaku después de hacer algo en la mañana se encontraba ya sola para la hora del medio día en el apartamento.

Hora perfecta para interrumpir con la copia de la llave que tenía, con suerte no habían cambiado la cerradura.

Y ese era todo el plan.

Si en efecto.

Ese era todo el plan.

Malos hábitosWhere stories live. Discover now