♯𝙨𝙝𝙞𝙘𝙝𝙞

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Jihyo esta muy feliz, y no es por menos. La persona que hace latir su corazón la invitó al cine.

Tal vez no debería hacerse ilusiones, estuvo pensando en sus propios sentimientos. Si, estaba segura de que estaba enamorada de Sana.

Pero por otro lado, estaba la posibilidad de que ella solo la viese como una amiga, algo que le provocaba un malestar en el pecho.

Sabía que la quería, ¿pero lo hacía de la misma forma?

Jihyo era sensible, por eso no pudo evitar hacerse ilusiones al escuchar la invitación de parte de la mayor. Una pequeña (no tanta) parte de ella imaginaba que se trataba de una cita.

—¿Por qué sonríes así?

—Es que estoy muy feliz —respondió sin dejar su sonrisa.

Caminaba al lado de Sana dando pequeños saltitos, no mentía cuando dijo que estaba muy feliz.

—Vamos, llegaremos tarde —la rubia tomó la mano de la más baja para apurar el paso sin darse cuenta del sonrojo que le provocó.

 ૮₍。'• ˕ •'。₎ა

Después de ver la película, ambas chicas fueron por unos helados mientras paseaban por el centro comercial.

En ocasiones entraban a tiendas sin comprar nada. Bueno...

Tal vez Sana compró algo mientras Jihyo estaba en el baño. Pero ese un secreto que aún no piensa revelar.

Pudo haber sido una salida simple pero para Jihyo había sido especial ya que compartió ese momento con su enamorada.

Como buena unnie, Sana la invitó a quedarse en su casa. Una pijamada donde podían comer todo tipo de dulces y hablar, solo hablar.

No era la primera vez que de quedaba en casa de los Minatozaki, de hecho se llevaba bien con los padres de Sana.

Cuando llegaron Jihyo no pudo evitar soltar un bostezo.

—¿Estás cansada bebé? —preguntó Sana pasando su mano por su oscuro cabello en una suave caricia.

La menor se sonrojo y sonrió levemente. Sentía cosquillas en su estómago por la forma en que la llamó, pero también confusión.

«¿Soy yo o Sana unnie está más atenta que antes?» pensó. No es que le desagradaba, simplemente le pareció curioso.

—No es nada —le restó importancia—. Mejor vamos por esas golosinas.

Sana asintió sonriendo. Después de atacar la cocina, ambas subieron a la habitación de la mayor donde se sentaron en la cama y Jihyo encendió la televisión.

—¡Oh unnie! Están dando una maratón de películas—dijo con emoción puesto a que le encantaban los maratones de películas.

—Genial, entonces vamos a verlo. —La rubia se acercó para sentarse cerca de la menor.

Últimamente siempre estaba buscando su cercanía, además de que se había vuelto algo consentidora. Su actitud emocionaba y confundía a Jihyo por partes iguales, sabía que algo había pasado para que Sana cambiara, aunque no estaba segura de que.

¿Qué diría si se enteraba de que Sana se estaba dando cuenta de sus propios sentimientos? ¿Cuál sería su reacción al saber lo que provocaba en la mayor?

Sana lo entendió después de pasar una noche completa pensando, prácticamente no durmió dándole vueltas a sus sentimientos. De lo bien que se sentía al imaginar la tierna sonrisa de Jihyo, en su suave cabello, en su linda personalidad, en sus ocurrencias. Estuvo toda la noche haciendo una lista de todas las cosas que le gustaban de ella, porque era cierto, le gustaba su mejor amiga.

Pero no sabía si era correspondido, si, tal vez Jihyo se comportaba de forma dulce con ella. Pero así era con todas, siempre fue alguien amable.

Pero jamás lo sabría si no se lo preguntaba ¿cierto?

Bajó la vista a su regazo mientras buscaba la forma de empezar.

—Oye Jihyo-ah... ¿Podría hacerte una pregunta?

Pero no obtuvo respuesta. Ladeó la cabeza en dirección de la menor pero la encontró totalmente dormida. Aún tenía una bolsa de papas en sus manos y roncaba levemente.

Sonrió y acarició su mejilla, Jihyo se removió pero no despertó.

—¿Qué haré contigo? —suspiró sin alejar su mano—. A veces en serio eres una bebé.

No sabía de donde vino aquel impulso, solo supo que se acercó y dejó un beso en su frente, otro en su mejilla y otro en su nariz.

—Yo... Estoy enamorada de ti Jihyo. 

¡Te pago! Ꞝ SahyoWhere stories live. Discover now