♯𝙠𝙮ū

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Aquel día despertó de buen humor, incluso hizo un pequeño baile. Estaba feliz después de la dura semana que tuvo que pasar por culpa de aquel resfriado, que más que eso parecía una enfermedad letal.

Oh, pero podía hacer caso omiso a que se sentía como mierda, solo por el simple hecho que Sana cumplió con su palabra y se quedó con ella hasta que se mejoró.

Y todo fue tan... Jihyo no tenía palabras para describirlo.

Que su unnie que quedara a su lado, cuidandola y asegurándose de que estuviese bien, hablándole dulcemente junto con motes cariñosos.

Literal acabó más enamorada de lo que ya estaba. Lastimosamente la rubia se tuvo que ir el día anterior por asuntos familiares. Y esos momentos donde estuvo sola en su habitación, meditó un poco.

Habían pasado años en que admitió que sentía algo más que amistad por la mayor, desde entonces le dio unas muy sutiles señales que obviamente no funcionaron, Sana era despistada sin siquiera intentarlo. Y cuando se le salió aquella petición, había quedado más que claro, pero tal parece que no lo suficiente para ella.

Por eso, después de mucho pensarlo, decidió confesar lo que sentía de una vez por todas, esta vez, sería directa para que no le dejara ninguna a Sana.

Esa decisión estaba acompañada de miedo, porque aún no sabía si era correspondida y cabía la posibilidad de un rechazo que podría acabar con su amistad.

Pero Jihyo ya había sido demasiado paciente guardando todo lo que sentía, ya no podía ocultarlo por más tiempo.

Así que esa era la situación, la llamaría para que se encontraran en el parque y ahí le diría todo.

De ese parque saldría victoriosa y con una novia, o derrotada y con el corazón roto.

Era momento de arriesgarlo todo o nada.

૮₍。'• ˕ •'。₎ა

—¡Si! ¡Gracias Dios, solo por esto me haré un creyente! —exclamó con alegría—. ¡Es un milagro!

La chica daba saltitos en su lugar mientras seguía dando gracias, ya daba por perdida la batalla pero su amiga le demostró que no era un caso perdido después de todo. Se acercó a ella para darle un gran abrazo.

—Vaya que si te emocionaste —comentó aceptando el abrazo.

—¡No es para menos! Mi querida amiga Sana por fin se dio cuenta que está loquita por Jihyo-ssi —apretó su mejilla sin dejar de sonreír—. No hay nada de malo contigo, solo eres un poco lenta.

—Yah~ unnie~ entendí, soy despistada —se quejó alejando la mano de la mayor.

—Está bien, está bien —rió alejándose para sentarse en la cama de su mejor amiga—. ¿Y cuando conocere a mi cuñada?

—Mmm, no somos novias.

—¡¿Qué?! —preguntó para luego soltar un suspiro frustrada—. ¡¿Y que rayos haces aquí todavía?! ¡Ve por ella mujer!

Nayeon se levantó para empezar a empujar a Sana afuera de la habitación.

—Oye espera, no puedo hacer eso, ni siquiera se si corresponde a mis sentimientos —objetó tratando de evadir los empujones.

—Tengo una idea —sonrió irónico—. ¿Porqué no vas y le preguntas? Ah, y de paso confiesale que te mueres por darle un beso.

—Pero Naye-

No se pudo escuchar más ya que el mayor le cerró la puerta en la cara.

—¡No regreses hasta que des por terminada tu soltería! —gritó a la madera.

Nayeon rascó su barbilla pensante.

—Tal vez debí sacarlo de la casa —dijo para sí mismo.

En ese instante reaccionó y abrió la puerta pero Sana no estaba a la vista. Lo buscó por los alrededores pero el chico ya no estaba.

—Espero que haya salido a ver a Jihyo.

Nayeon ya estaba consciente de los sentimientos que tenían ambos, cualquiera podría notarlo por la forma en la que se miraban. Llevaban tiempo así, y si ellos no hacían algo al respecto, él si lo haría.

Aunque algo le decía que no sería necesario después de aquel día. 

¡Te pago! Ꞝ SahyoWhere stories live. Discover now