Majesties, I am...

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Luego de sus extensas clases de baile, economía y esgrima llegó a su cuarto agotado. Incluso canceló la cena con sus padres, no aguantaba otro momento con los ojos abiertos, era demasiado para sus párpados que pesaban cada vez más.

Cuando estuvo a punto de quedarse dormido una ventisca helada azotó su cuerpo haciendo que se retorciera en su lugar y se enrollara en las mantas como una oruga.

— Seungmin, deja de ser un flojo.

Sonrió sin poder evitarlo. Al menos ahora podría dejar de estar preocupado por Hyunjin. Él estaba ahí ahora, entonces todo estaba bien.

— Tengo sueño.

— Pero aún no cenas.

— No voy a cenar.

Hyunjin suspiró derrotado y caminó hasta el príncipe. Lo empujó hasta que Seungmin rodó lo suficiente como para deshacerse de las mantas y caer al suelo. El príncipe se quejó en alto desde abajo y levantó su cabeza para verlo con los ojos entrecerrados y una arruga en medio de las cejas.

— ¡Oye! — se quejó. Pero sin fuerzas para más se volvió a dejar caer al suelo y arrastró las mantas de la cama para cubrirse. Hyunjin impactó la palma de su mano contra su frente. — Hace frío, cierra la ventana.

— No la voy a cerrar, levántate, tengo que hablar contigo.

Seungmin no le hizo caso. Empezó a roncar ligeramente.

El mensajero de la muerte caminó con grandes zancadas hasta el cuerpo tendido del príncipe y tomó una de sus manos. Jaló de ella y el príncipe se levantó de un salto debido a la fuerza de Hyunjin.

— ¡Ya-

— Ahora escúchame — Hyunjin lo tomó de los hombros para que no volviera a caer hacia atrás. —. Sobre ayer, quiero disculparme por poner sobre ti mis expectativas, es solo que tú eres muy diferente a todo lo que vi.

— Eso es halagador, soy especial Hyunjin.

El mensajero asintió lentamente con algo de duda. — Si, un poco. Pero la cuestión es que no importa si no crees que el amor es importante, ese no es el punto ahora. El señor Choi tenía razón, no buscas amor, dejas que te encuentre, así funciona.

— ¿Esperas que me siente y espere? te recuerdo que solo me quedan como veintitrés días.

— Algo por el estilo, sé que entre tú y la señorita Nayeon hay oportunidad, es la única chica que te ha interesado hasta ahora.

— Pues sí...

— Solo tienes que esperar a que el amor surja entre los dos.

Seungmin hizo una mueca y se mantuvo en silencio, sonaba lógico, confirmaba su teoría de que nadie puede enamorarse con solo una mirada. Eso lleva tiempo. El amor llevaba tiempo.

Pero él no lo tenía, ¿o sí?

— Está bien, vamos a esperar.

Hyunjin asintió emocionado antes de abrazarlo. — Ya verás, puede que ahora no lo sientas pero cuando lo haces es maravilloso.

Se preguntó si Hyunjin alguna vez se había enamorado.

A la mañana siguiente hizo la rutina de siempre. Salió después del desayuno, montó a Holt junto con Hyunjin, trabajó con el herrero mientras este le enseñaba sobre cómo podía crear lo que quisiera y que sea resistente con el metal. Charló con Christopher y con Nayeon, pues ella iba siempre antes del almuerzo para dejar el pan.

— Dejo una canasta a cada familia comerciante de la capital, el herrero es el último al que le entrego, por eso me quedo un poco más de tiempo.

Asintió mientras masticaba el bap, incluso le había dado uno a Hyunjin a escondidas de Nayeon, por supuesto Hyunjin lo estaba devorando ansioso.

In Love With DeathWhere stories live. Discover now