In Love With Death

To guide

Al terminar el desayuno caminó hacia su padre cuando su madre y hermana se fueron juntas dejándolo a Príncipe y Rey solos.

— ¿Puedo tener clases con el herrero?

El Rey frunció el ceño y le puso toda su atención.

— ¿Por qué quieres clases con el herrero?

Seungmin se levantó de hombros mostrando un fingido desinterés. — Creo que sería bueno que un Rey sepa construir sus propias armas.

— Me gusta como piensas — halaga el Rey antes de aplaudir. —. No le veo problema, le enviaré una carta para que venga mañana a partir de las ocho, ¿eso te parece bien?

Seungmin negó con tranquilidad. — Si me lo permites, quería tomar las clases en su taller. Y pedirle yo mismo que me las otorgue.

— ¿Quieres ir al pueblo? — cuestionó confundido el Rey. El Príncipe en cambio asintió sin una pizca de duda o alteración.

El Rey tarareó antes de quedarse en silencio unos minutos. Luego asintió lentamente.

— Bien, supongo que ya lo tienes planeado todo, ¿irás mañana?

— No, iré hoy. Mientras más antes mejor.

— Está bien, mandaré a que preparen el carruaje para ti.

— No te preocupes, padre, iré en Holt.

Hyunjin lo siguió casi trotando mientras él se dirigía a la parte lateral del castillo. — Maje- Seungmin, ¿que está planeando?. ¿Quién es Holt?

— Tengo la sospecha de quién podría ser mi supuesto amor, aunque solo es una conjetura hasta ahora. Y Holt es mi caballo.

— ¿¡Vas a montar un caballo!? — la sonrisa brillante de Hyunjin lo hizo parar un segundo. Hyunjin era un niño encerrado en el cuerpo de un hombre, estaba seguro. — ¿Cuál es su color?

Seungmin sonrió y abrió la puerta de los establos. — Míralo por ti mismo.

Se dirigió hacia el último corral en donde se encontraba su caballo, un semental de color negro con larga melena que poseía un majestuoso porte.

Cuando era niño jugaba constantemente con el potrillo que ahora no era más que una bestia que destilaba peligro, todo bañado en poder y seguridad. Amaba a su corcel y cada que podía daba un paseo a los alrededores del Castillo montado en él.

Su amor por Holt fue compartido por Hyunjin quien abrió el corral de Holt y entró en él, para acariciar sin miedo la cabeza del semental. Seungmin temió por un momento, Hyunjin no había sido suave, él había dado con todo a su encuentro con el animal por lo que temía que Holt se asustara y le hiciera algo.

Sorprendentemente no fue así. El caballo se dejó hacer en las manos del desconocido. Seungmin no tuvo mucho por lo que preocuparse así que ingresó siguiendo a Hyunjin.

— Es hermoso.— asintió a las palabras de Hyunjin mientras ajustaba la silla en el lomo de Holt. —. ¿Cuántos años tiene?

— Cumplió doce recientemente.

— Oh, aún es un joven.

Tarareo y jaló la correa de Holt. El caballo avanzó y dejó atrás el corral y pronto estuvo fuera completamente de los establos. Seungmin se montó en él de un salto y afianzó su agarre en las correas. Luego extendió una mano hacia Hyunjin.

— ¿Quiere que vaya con usted? — preguntó consternado el mayor. Seungmin frunció el ceño y sonrió de lado.

— ¿No se supone que me acompañas en lo que vence el plazo?