Consumido #9

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Y creo que este es el final de esta pequeña historia ^_^

Espero que les guste~

Nota: Voy a cumplir las peticiones pendientes, no se preocupen :3

Seguir el rastro del chico solo bastó con seguir la sensación de gran poder y el fuerte olor a quemado. Volaron a máxima velocidad, con Macaque aferrándose por su vida y con Wukong concentrado en el camino llegaron a un gran bosque y lo vieron, el gran cráter y con todo a su alrededor medio quemado, algo de humo aún saliendo. El niño estaba cerca.

... ... ... ...

Salió a tropezones del cráter creado de su fuerte aterrizaje y se tambaleó hacia los árboles, esforzándose por no tocar ninguno. Cayó no mucho después, con las piernas temblorosas. MK se concentró todo lo posible, jadeando por el esfuerzo, las llamas cubriendo sus manos y brazos hasta el codo, amenazando con subir más. Estaba agotado, en más de un sentidos, y ya no podía continuar pero debía hacerlo, debía alejarse y esconderse en algún lugar para no ser un peligro para nadie. El nuevo poder en su interior se removía, con fuerza, amenazando con hacerlo explotar en cualquier momento. Debía relajarse, concentrarse, recordar su entrenamiento. Sus dos poderes diferentes estaban luchando, uno fuerte y casi incontrolable pero el otro algo débil y apenas recuperándose, haciéndolo sentir incómodo.

-Estoy considerando muy seriamente encadenarte a una cama, envolverte en plástico de burbujas y poner 10 cerraduras como mínimo en cada salida posible- se sobresalto ante la voz familia y se volteo rápidamente. Ahí estaba Macaque, mirándolo con seriedad y acercándose a paso lento. Wukong lo seguía de cerca, mostrando una pequeña sonrisa pero luciendo preocupado y algo cauteloso.

-¡Alto!- chillo, levantando las manos. El fuego subió hasta sus hombro y podía sentir como el poder en su interior se acumulaba rápidamente, apuntó de explotar. Eso era malo, era muy malo. Había costado tanto que las llamas retrocedieran pero se extendía con facilidad. -¡No quiero hacerle daño a nadie!-

-Podemos ayudar con eso- sonrió el dios e hizo una seña, MK chillando cuando un montón de agua de repente le cayó encima, empapándolo. El fuego se apago debido al agua y a la sorpresa pero no se dio cuenta de aquello.

-¿Pero qué...?- alzó la vista, notando que uno de los clones de su maestro estaba sentado en la nube flotando sobre el, sonriendo y con un balde en mano. Párpado y volvió a mirar a los monos originales, quienes le estaban devolviendo la mirada.

-¿Mejor?- sonrió enormemente, luciendo como si quisiera reír.

-Eso...creo...- hecho su cabello hacia tras, era largo y ahora estaba mojado, le estorbaba la vista.

-Bien- el mono de pelaje oscuro se acercó, agarrando la oreja del menor antes de que esté pudiera reaccionar y dando un firme tirón, escuchando las quejas y chillidos del chico. -Estas en muchos problemas, niño- gruñó entre dientes, sin hacer amague de soltarlo.

-¡Suelta, suelta!- hizo una mueca, el el apretón ajeno dolía mucho. -¡Lo siento, lo siento, lo siento!- repitió, el tirón siendo un poco más fuerte.

-Se que eres su sucesor y todo eso pero tienes que ser más inteligente que ese tonto cerebro de durazno- señaló a Wukong, quien reclamo con tono ofendido.

-¡Lo siento!- repitió, suspirando de alivio cuando su salvador lo soltó, alzando su mano para frotarse la oreja antes pellizcada.

-Estas castigado- dijo Macaque con seriedad.

-¡¿Qué?!- lo miro fijamente, sin creer las palabras ajenas. -¡No eres mi papa y soy mayor de edad, no puedes castigarme!- se cruzó de brazos, haciendo un puchero.

-No eres mayor de edad para un demonio, solo eres un bebe- se cruzó de brazos, sonriendo ligeramente al ver al menor quejarse.

-Yo soy tu maestro...- Wukong se unió a la conversación, mostrando una sonrisa astuta y divertida. -...y estoy de acuerdo. Castigado de por vida-

-Awwww, que mal...- hizo un puchero, aunque no estaba realmente molesto. Se sobresalto cuando de repente fue envuelvo en dos pares de brazos, encerrándolo entre los monos en un fuerte abrazo. Trago en seco, aún temía lastimarlos pero los quería, quería aferrarse a ellos, buscar todo el consuelo posible. Sus manos temblaron mientras se aferraba a las ropas ajenas, obligándose a sí mismo a relajarse. Ambos apretaron su agarre en el menor, negándose a soltarlo muy pronto.

-Nunca vuelvas a hacer algo así- suspiro el de pelaje oscuro.

-No vuelvas a huir así, chico- suplico el de pelaje claro.

-Lo siento...- el olor reconfortante de ambos inundó su nariz y lo ayudó a relajarse. El poder aún estaba removiéndose en su interior pero ahora todo parecía más tranquilo, casi en calma. -Oigan...- llamó, recibiendo un pequeño tarareo en señal de que lo escuchaban. -...ya no tengo frío- por primera vez en días, se sentía cálido de una manera casi abrumadora pero aún no podía sentirse tranquilo, ella aún estaba ahí afuera y él debía encargarse.

~Monkie Kid~ 1️⃣Where stories live. Discover now