Pequeño Mono #3

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Espero que les guste~

Nota: Quizás haga que Macaque aparezca en el siguiente ^_^

Wukong resulto ser mucho más pegajoso y desconfiado de lo que cualquiera esperaba.

Se mantuvo pegado a MK, siempre siguiéndolo o subiéndose a su hombro, exigiendo su atención e interrumpiendo cualquier conversación que estuviera teniendo. MK se lo tomó con calma, sonriendo, divertido por la actitud del pequeño Mono.

Primero, se llevó bien con Mía. Adoraba las fotos y las travesuras, así que lograron entenderse. Ella fue la primera en poder alzarlo solo para una selfi sin que él chillara y se retorciera. También fue la que le consiguió su remera de "Sun Wukong" favorita y sus pantalones rojos, por no decir la campera con su rostro en la espalda. Él la adoraba por eso.

Luego, se llevó bien con Pigsy. Él era el cocine que daba de comer a todos en el grupo y no tardó mucho en alimentar al pequeño mono, quien aceptó la comida con gusto. Llegó a un punto en el que Wukong robaba lo que sea de la cocina sólo para hacer enojar al cocinero, quien le tiraba una cuchara de madera que obviamente el dios en miniatura esquivaba sin mucho problema. Sus discusiones eran divertidas de escuchar.

No tardó en llevarse bien con Sandy. Él era grande y divertido de escalar, por no mencionar que era amable y siempre le ofrecía té. También estaba Mo, quien se dejaba abrazar por el pequeño Mono y ronroneaba constantemente.

Tardó más en llevarse bien con Tang. Él estaba demasiado emocionado por el pequeño problema y eso al mono no parecía gustarle. Sucedió de casualidad, cuando le estaba contando una historia a MK, una que se sabía de memoria pero que adoraba escuchar siempre que podía. Wukong se unió en algún momento, embelesado por la historia. Luego de eso, el mono siempre se acercaba a él para historias después de eso y a veces, sólo por amor a la travesura, se trepaba en su espalda y le robaba los anteojos, riendo al ver a Tang tropezar.

Todo fue relativa paz, hasta que un día, gritos se empezaron a escuchar. Demonios estaban atacando a ala ciudad y MK debía intervenir pero tenía un pequeño problema que se negaba a dejarlo salir solo.

-Tienes que quedarte, Mini-King- repitió el chico.

-No puedes ir solo- negó Wukong, molesto por la terquedad del humano. -Eres mío, debo protegerte- el chico seguía sin entender a qué se refería con eso.

-Puedo cuidarme- sonrió ligeramente. -Escucha, quédate y te prometo que haremos lo que quieras cuando vuelva, ¿si?- toco suavemente la nariz del mono, esperando convencerlo.

-Te doy 30 minutos- bufo, molesto, dejándose abrazar por Mei pero sin apartar la vista del menor. -Si no vuelves en 30 minutos, te buscaré-

-Dame 1 hora- se miraron entre ellos.

-Bien- asintió después de un rato, cruzándose de brazos. No le gustaba pero dejaría al humano salir por su cuenta.

-Genial~- sonrió enormemente y salió del local, sacando su bastón y lanzándose a la pelea. Eran muchos más de lo usual, uno de ellos diciendo que venían por el encogido Monkie King y eso lo hizo entrar en pánico. Lo sabían, sabían de la actual condición de su maestro y eso no podía ser nada bueno. Lucho, tenso, recibiendo una paliza en el proceso pero los derrotó a todos, gruñendo que no debían acercarse. Cayó de espaldas al suelo cuando los demonios desaparecieron de su vista, agotado y adolorido. No sabía cuánto tiempo había pasado pero estaba seguro de que su maestro estaría molesto al verlo. Estaba golpeado, los poderes de Monkie King lo ayudaban a curarse más rápido de lo normal pero los moretones tardarían unos días en desaparecer.

-¡MK!- se relajo ante la voz de su amiga, viendo su moto detenerse cerca de donde estaba y a la chica bajando de esta, corriendo hacia él mientras se quitaba el casco. -¿Estás bien?- preguntó, preocupada, ayudándolo a sentarse con cuidado y disculpándose ante los quejidos ajenos.

-Si, aunque me golpearon mucho- cielos, estaría adolorido por un tiempo. Mei lo ayudó a levantarse y básicamente lo arrastró hacia la moto, donde él solo pudo aferrarse a ella y dejarse llevar. Entró con ayuda a la tienda de Pigsy, escuchando como todos hablaban con preocupación pero su atención se dentro en su maestro, quien lo estaba mirando fijamente.

-Te lastimaron...- gruñó, obviamente furioso. Su pelaje se empezó a erizar, sus ojos brillaron y gruñó, mostrando sus colmillos. Alguien se había atrevido a lastimar a su humano, se habían atrevido a lastimar a quien estaba bajo su protección. -...pagaran- su voz salió profunda y aterradora, haciendo que los presentes se estremezcan.

-Hey...- llamó, dando un paso tembloroso hacia adelante y abriendo los brazos, mostrando una pequeña sonrisa. -...mejor quédate conmigo, ¿si?- sabía que la actitud protectora del Mini-King sólo iba a empeorar después de eso pero era mejor tenerlo pegado a él y no que el pequeño fuera a buscar pelea por sí solo. Wukong pareció relajarse un poco ante aquello, sus ojos dejando de brillar, pero aun se veía molesto. Floto y lo abrazo con suavidad, apretando la ropa del mortal con sus pequeñas manos, con el pensamiento de no dejarlo solo. Y MK suspiro de alivio, abrazando al mono, ya sabiendo que no volvería a estar solo hasta que su maestro volviera a la normalidad.

~Monkie Kid~ 1️⃣Where stories live. Discover now