Las aventuras de Eri:Perdidos en la niebla

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Un día en casa de la familia Midoriya, Muzan se encontraba sentada en la terraza leyendo un libro con tranquilidad, el sol no le daba por que hoy estaba demasiado nublado como para recibir los mortales rayos de sol, eran esos días en los que la pelinegra podía salir sin temor a morir carbonizada. La lectura de la mujer fue interrumpida cuando su madre Inko le hablo.

-Inko: Muzan (dijo acercándose a ella)

-Muzan: ¿Si, mamá? (dijo volteando a verla)

-Inko: Voy a ir a hacer unos mandados, volveré mas tarde (dijo estando arreglada para salir)

-Muzan: De acuerdo (volviendo a ver su libro)

-Inko: Creí que Eri estaba contigo, ¿donde está? (pregunto extrañada)

-Muzan: Está jugando en el bosque (respondió tranquilamente)

-Inko: Se que le gusta mucho jugar ahí pero me preocupa que este sola (dijo inquieta)

-Muzan: No te preocupes, Rover está con ella (agrego a su respuesta)

-Inko: Bueno, solo que no este mucho tiempo en el bosque, dijeron que va haber una niebla muy densa y probablemente vaya a llover (dijo antes de irse)

-Muzan: Iré por ella antes en caso de que no vuelvan (dijo sin mirarla)

-Inko: Muy bien, ya me tengo que ir, adiós hija (se despidió sonriendo)

-Muzan: Adiós, mamá, ve con cuidado (dijo sin mucha emoción)

La peliverde se retiro de su casa para hacer lo que haría hoy y la pelinegra reanudo su vista al libro que leía hace unos momentos.

En el bosque

Eri estaba en una zona del bosque jugando con una pelota junto al perro.

-Eri: ¡Atrápala, Rover! (dijo lanzando la pelota)

-Rover: ¡Woof! (corriendo hacia dicho objeto)

El perro atrapo la pelota en el aire con sumo cuidado para no romperla y regreso con la niña.

-Eri: Buen perrito (acariciando a su mascota)

Siguieron jugando con la pelota hasta que decidieron darse un pequeño descanso y la niña se sentó en una roca.

-Eri: Tengo hambre.. ¡que bueno que traje dulces! (dijo sacando unos dulces de su bolsillo)

La pequeña iba a comerse todos los dulces de un solo bocado sin importarle que tuvieran envolturas pero justo en ese instante se percato de que una niebla muy densa se acercaba a ellos.

-Eri: ¿Que está pasando? (dijo incómoda por el suceso)

La niebla se acerco tanto hasta el punto de casi rodearlos en su totalidad.

-Eri: Creo que mejor nos vamos a casa (dijo guardando sus dulces)

Los dos trataron de salir del bosque, sin embargo antes que pudieran hacer algo, el perro avisto a una ardilla y sus instintos lo vencieron.

-Rover: ¡Woof! ¡woof! (persiguiendo a la ardilla y adentrándose en la niebla)

-Eri: ¡Rover, espera! (entrando también en la niebla)

Eri intento perseguir al perro pero la niebla era tan densa que casi no podía ver por donde corría mientras los ladridos de su mascota se escuchaban cada vez mas lejos de ella.

La Emperatriz de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora