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SE PARECE A NANON


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"... Por eso lo construimos..."

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OHM

Los meses iban cada vez más lento, estaba cansado de discutir con todo el mundo sobre lo egoísta que era, no tenía las respuestas que querían, si ellos se enteraban de que era Nanon quien había tomado esa decisión, las molestas preguntas irían contra él y ahora mismo no podía soportar esa clase de estrés.

En realidad, no me importaba que me odiaran y que pensaran lo peor de mí, solo quería que él estuviera bien y que los comentarios de otros no llegaran a sus oídos, era lo único que podía mantener bajo mi control, en todo lo demás me sentía amarrado de manos, no podía asegurar que todo iría bien, ni tenía a alguien a quien contarle mis miedos, pero al menos podía frenar el dolor antes de que llegara a él.

Y esas horas que pasábamos metidos en nuestro nido valían la pena, su sonrisa brillante cuando me hablaba de nuestro cachorro y la forma en que llevaba mis manos hasta el punto donde estaba pateando, me recordaban porque estaba haciendo todo esto.

Mi alfa podía sentir la felicidad de mi omega, él de verdad amaba a nuestro cachorro con cada parte de su ser. Nanon tenía un corazón puro en el que casi cualquier persona podía entrar, pero el cariño que sentía por esa pequeña cosita era completamente diferente, su aroma era más dulce conforme el bebé crecía y su rostro se veía más vibrante cada que lo sentía moverse.

Los problemas empezaban fuera de nuestra habitación, mi madre estaba furiosa conmigo, al igual que todos pensaba que esa había sido mi elección y que estaba arriesgando la vida de Nanon por tener un cachorro, debía admitir que de todos los que me juzgaron ella era la que de verdad dolía.

Desde que salimos del hospital aquella tarde nada volvió a ser igual, me miraba con resentimiento en sus ojos y nuestras conversaciones siempre terminaban en peleas susurradas, en el fondo sentía que me merecía todo ese odio, al final era mi culpa que él estuviera en ese estado, Nanon solo había tomado la decisión que su corazón le señalaba, no era nada nuevo en él.

Con todos los problemas que estaba teniendo en casa decidí buscar un empleo, sabía que mi madre no nos dejaría botados en cualquier momento, pero saber que tenía al menos algo que ofrecerles me traía cierta tranquilidad, incluso si era con la única persona con la que me juré no volver a hablar en toda mi vida.

— Me alegró recibir tu mensaje, creí que nunca aceptarías verme — habían pasado doce años sin saber nada de él, tenía el cabello cano ahora y tenía un par de arrugas en el rostro, era raro tenerlo frente a mí ahora.

— Mamá dijo que tenías tu propia empresa ahora — respondí sin intenciones de fingir que esto era un reencuentro entre padre e hijo, nada había cambiado.

— Sí, después de perder mi empleo tuve que iniciar a trabajar por mi cuenta y ha ido bastante bien — exclamó casi emocionado de contarme de sus logros, asentí evadiendo su mirada, si estaba esperando una respuesta con los míos, iba a llevarse una gran decepción — La oferta para que hagas tus practicas sigue en pie — añadió después de mi largo silencio, antes de que todo se pusiera tan complicado había decidido a que universidad quería ir y sabía que necesitaría referencias fuera de la escuela, mi madre le había contado hacía meses como siempre lo hacía.

Era un tema que no me gustaba tocar, ella había intentado durante años que nos reuniéramos para arreglar las cosas, pero después de un tiempo dejo de forzarlo, le hablaba de mí por medio de llamadas y terminó por darle mi número, desde entonces él dejaba mensajes una vez por semana.

Instinto || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora