diez pastelitos

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-¿Y bien?-Jimin estaba parado en el pasillo con JEON mirándole Impasible.

Le obligó a pasar toda la velada entre risas incómodas, miradas extrañas que él le daba y por supuesto ignorar al apuesto ruso.

Ahora mismo tenían una cita con algunos contratistas de la noche anterior, dando un breve paseo por el barco en el área de piscinas.

-no se de qué me habla-dijo el mayor girándose en sus talones. Jimin sentía rabia, impotencia.

¿A caso creía hacerse el imbécil y no decir nada cuando actuaba a si?

¿El beso?.

¿Y que decir de la manera que lo toco en su baño?

¿Nada?

-escuche-habló molesto. Jeon miraba el techo del pasillo como lo más interesante-no quiero que me toque, no quiero qué se acerque. Si es posible mantenga su distancia conmigo....¿Entendió?-dijo tan abrumado de qué sus palabras apenas salieron.

-me parece perfecto-no hubo ni siquiera enojo, más qué solo indiferencia.

"¿A caso, es un robot, a caso jugará con mis sentimientos?" pensó él menor sin poder creer lo frío y duro que era con él, cuando la víctima de sus ataques de celo eran hacía él.

¿Pero si no sentía nada por que hacer eso?.

No comprendía. -escucha Jimin....no me interesa nada de ti-dijo girándose. Park abrió sus ojitos cuando pudo ver el frío glaciar en los ojos del mayor, en ese instante sintió una punzada en su corazón-no te hagas ideas absurdas. Ahora en adelante quiero que seas más inteligente, te traje aquí para el trabajo no para mover el culo a mis futuros accionistas ¿Comprendes?-quiso abrir sus labios, pero simplemente las palabras quedaron en su garganta como un nudo.

-entiendo señor-hizo una reverencia. Jeon solo asintió para luego girarse y caminar dejando al blondo en su inclinación. Jimin elevó su espalda tratando de respirar, por que no entendía que pasaba.

Se sentía enfermo en ese instante, ya qué tanto como su cuerpo y corazón habían sentido miles de sensaciones al sentir las manos de Jeon en su cuerpo. Se sintió tan avergonzado que se abrazó a si mismo conteniendo sus lágrimas.

Lo odiaba, ese deseo de odiarlo era tan grande, pero su corazón era imposible de manipular. Se sentía mal, y pensaba que esa enfermedad no se iba por más que le intentará sacar de su pecho.

Caminó al camarote, abriendo la puerta con la tarjeta, no obstante lo que encontró en su cama le hizo crear una sutil sonrisa y un brillo en sus ojos. Lisa estaba sentada en la cama con una sonrisa suave, esperando por el blondo.

Jimin no espero ni un segundo cuando ya había corrido hasta la mayor, avalándose sobre ella. Para Manoban había sido un acto confuso y perplejo para ella, pues Park ya hacía en sus brazos soltando unas suaves lágrimas. Sintió la necesidad de gruñir como bestia, pero no podía sacar en evidencia su furia, ya qué al igual que Jeon ambos escondían muy profundo sus sentimientos.

-que bueno que está aquí noona-dice el menor quitando sus lágrimas con una sonrisa.

Lisa sonrió ayudándole a limpiar el rostro tan lindo del blondo. La peli-negra no podía negar que Jimin tenía un aura tan pura, qué le hacía sentir mal consigo misma.

-por supuesto-rio elevándose de la cama-no te dejaría solo, además....te recuerdo por que estamos aquí-su mirada cambio cuando el blondo agachó la cabeza con sus ojitos decaídos. Tosió intentando ignorar el echo de querer salir corriendo tras su marido y patearlo-veras....escuché que tienen una reunión, es una gran oportunidad para que uses la ropa que te compre-tomó asiento tomando las manos del blondo.

♡𝑷𝑨𝑺𝑻𝑬𝑳𝑬𝑺 🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora