Ninguno de los dragones dejó de volar hasta que alcanzaron tierra. Fueron largas horas de contemplar el océano debajo de ellos, recibiendo el rocío salado en sus cuerpos y el sol de otoño en sus espaldas, con aquellos rayos de luz arrancando destellos de las olas en movimiento.
Después de lo ocurrido en Thast'tore el cansancio en ellos era evidente, y de hecho algún tiempo después de haber dejado atrás las islas Ryu sintió como la adrenalina que había inundado su cuerpo desaparecía para dar paso al cansancio y al dolor.
Poco a poco había perdido fuerza, rezagándose en su sitio hasta verse obligada a regresar a su forma humana, siendo recibida junto aquellos que cargaba entre las garras de Normor, donde finalmente se recostaron, dormitando un poco y despertando de cuando en cuando en medio de sobresaltos. Incluso Álvar había optado por recostarse entre las ropas de Maikan para poder descansar un poco.
Solo cuando ya volaban sobre tierra firme, Vortex los despertó para que estuvieran plenamente conscientes en el momento en que descendían, para sorpresa de Ryu, a metros de la casa de Edhedna que ya les esperaba en el porche.
-¡Ryu, estás bien!-exclamó la mujer echando a correr en su dirección, mientras unos bajan de las garras de otros, y los jinetes se apeaban de sus monturas-. ¡Todos están bien, cuánto me alegro! Lamento mucho todo, le dije a GedWing que te dejara solapara que pudieras pensar, pero nunca imaginé que ocurriera esto. ¡Y lamento tanto no haber calculado el efecto de la poción! ¡Cuánto lo siento! ¿Pero...dónde está el resto?
-Vienen en camino, no deben tardar-le tranquilizó Vortex, estirándose a gusto mientras que la bruja abrazaba a Ryu, que esbozó una mueca de dolor-. ¿Alguno está herido, todos están bien? Por todos los cielos...Ryu, mira cómo te encuentras. Y él también. Que en realidad tú y yo no nos conocemos. Pero trataré de adivinar, ¿eres aquel demonio que ahora sirve a Ryu?
-Sí-ante la mirada severa de la mujer sobre él, Maikan se puso tenso y a la defensiva-. ¿Y usted? ¿Cómo puede saber de mi cuando yo no tengo conocimiento suyo?
Sin embargo, en lugar de algún rechazo por parte de Edhedna, esta esbozó una sonrisa antes de acercarse a él y darle una palmadita en el hombro.
-Comprendo tu reacción, pero poniéndote a la defensiva tan solo te traerás problemas-le aconsejó con voz gentil-. Mi nombre es Edhedna, y habito en estas tierras hace mucho tiempo. Soy conocida de los jinetes de Lena y de Ryu, y sé de ti porque las noticias y los rumores se esparcen de persona a persona más rápido que la pólvora. Pero dime, ¿tu nombre es...?
-Maikan-respondió el demonio al cabo de unos momentos con desconfianza. Edhedna asintió y le echó una rápida ojeada, al igual que con Álvar que se había asomado por un hombro.
-Bueno, pues los tres necesitan ser atendidos cuando antes. ¡También usted, jovencito!-señaló al ratoncillo, que la observaba con atención-. Álvar, si recuerdo bien lo que me dijo GedWing. Esperadme aquí todos, la medicina que estoy preparando no debe tardar en estar lista. Kormeth, ven un momento para ayudarme. Axl, Findec, ¿podrían buscar algo de comer? El resto llegará hambriento.
Mientras el jinete desaparecía dentro de la cabaña con ella, Normor se estiraba a placer, recostándose sobre el pasto mientras el dragoncito blanco le contemplaba sonriente. Vortex echó un suspiro y se sentó, con Findec y Axl a su lado. Sus monturas se internaron en el bosque.
-Es una buena amiga nuestra-explicaron a Maikan y Álvar, que parecían confundidos-. Es una bruja, muy buena en su oficio y de amplios conocimientos. Les atenderá de la mejor forma, pueden estar tranquilos.
-Bueno, parece una buena persona-opinó Álvar, intercambiando miradas con Maikan-. Bastante amable y alegre. Y parece conocer bien a Gedwing.
-¡Oh sí, qué tranquilidad! Seguramente le hace sus trencitas antes de dormir-bromeó Maikan con ironía, provocando las risas de Axl-. ¿No lo crees, Ry...?
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"Alma de dragón" (Crónicas de fuego 1°)
FantasyEs tan rara la realidad...miras a tu alrededor y lo que te rodea es la tuya, porque en ella has vivido durante tanto tiempo que de eso estás convencido. Pero en ocasiones nuestra realidad es más que aquello en que vivimos, es incluso aquella en la q...