-Es...es hermosa...-musitó Ryu al tiempo que ambos se acercaban a buen trote a la entrada acordada para acceder a la ciudad-. Nunca había visto un castillo ni ciudad igual.
-Y sobre todo, es tu hogar-le sonrió el muchacho-. Es el palacio "Loto blanco".
Ambos se cubrieron con las capuchas. Había varios mercaderes a la distancia y no era recomendable que los vieran sin ellas. Cuando los alcanzaron tuvieron que esperar un poco, haciendo una fila detrás de sus carretas y caballos. Todos estaban siendo sometidos a una revisión más minuciosa que en días normales.
-¿A qué se debe está severidad en las reglas?-preguntaba un hombre un tanto molesto mientras unos guardias revisaban su carga-. ¿Creen que escondo algún arma entre mis cosechas con la cual apuñalaré al señor Nénmal si lo veo? Ganas no me faltan, es verdad, pero...
-Cuidado con lo que hablas-le corrigió Eyra, que estaba en el pasaje. Dirigió una sonrisa de disculpa-. Son órdenes de arriba, y no podemos desobedecer. Aparte, Límao, no deberías decir cosas como esas en estos días.
-Lo sé, pero todos aquí sabemos que no digo más que la verdad. Hablo por mí, por el pueblo, e incluso por ti a pesar de que no lo aceptes, al decir que bien le vendría a ese inútil una hoja de hierro en plena garganta-dijo con sorna y una sonrisa burlona aquel hombre de espeso bigote y barriga poco prominente-. ¿Me dirás ahora que miento?
-Je, sabes que no puedo responder a esa pregunta-rió Eyra, mientras recibía los resultados de sus soldados y lo anotaba en una libreta de cuero-. Pero bueno...efectivamente estas limpio. Puedes entrar sin problemas, toma.
-Gracias, gracias-dijo Límao tomando el pedazo de papel que el guardia le daba en ese momento. Era el permiso solicitado para probar que efectivamente, tenían consentimiento de pasar a la ciudad y vender sus productos-. Cuídate bien, Eyra. Y sigue enseñando a tus soldados el camino de la rectitud.
E hizo avanzar sus caballos que atados a la carreta, lo llevaron al interior de la ciudad.
Conforme se acercaban a la entrada, Ryu parecía ponerse más nerviosa y GedWing lo notaba.
-¿Nerviosa?-le susurró.
-No te imaginas-musitó ella con un hilo de voz-. Hasta hace solo unos días era una chica normal, o eso creía-rectificó-. Después descubrí que no era así, sino que había vivido sin saber mi verdadera naturaleza y contaba con una semana para prepararme y aceptarlo antes de dar este paso, y de pronto es como si el tiempo se hubiera acelerado. De repente me encuentro ante la entrada de una ciudad que conozco y no, sin apenas saber nada de mi pasado, sin tener control sobre mis poderes y a punto de tomar lugar en una posición de tanto poder que ya me siento abrumada.
-Bueno, tienes razón. Esto ha sido más apresurado de lo que esperábamos, entiendo o al menos trato de entender el cómo te sientes. Solo puedo asegurarte que estarás a salvo, que no estarás sola y que no tienes nada de qué temer.
-Lo sé-la chica le dedicó una sonrisa, nerviosa e insegura pero que demostraba su confianza en él y volvió a mirar al frente mientras bajaba un poco más la capucha sobre su rostro-. Vamos, que ya nos toca.
Eyra levantó la mirada de sus notas y dirigió la mirada a los dos encapuchados. Solo bastó una mirada para darse cuenta de quiénes eran.
-¡Oh, veo que ya llegaron!-dijo con naturalidad-. ¿El paso desde la costa resultó tranquilo?
GedWing asintió con una cabezada por toda respuesta, y Eyra contuvo una risa burlona ante semejante mascarada frente a todos los comerciantes.
-Pasen acá. Necesitamos una revisión más precisa viniendo desde tan lejos-Eyra tomó sus apuntes y llamó a sus espaldas:
DU LIEST GERADE
"Alma de dragón" (Crónicas de fuego 1°)
FantasyEs tan rara la realidad...miras a tu alrededor y lo que te rodea es la tuya, porque en ella has vivido durante tanto tiempo que de eso estás convencido. Pero en ocasiones nuestra realidad es más que aquello en que vivimos, es incluso aquella en la q...