Roomies - Jungkook ✔

Final.

En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en el último día de Jungkook en casa. Sentí un temor constante en el estómago durante toda la mañana antes de la tarde. Jungkook y yo pasamos la mañana juntos jugando Wii Sports y saliendo a almorzar. Trató de animarme ya que no estaba haciendo un buen trabajo ocultando mi temor, pero no estaba cooperando. Quería sentirme mejor, pero mi corazón simplemente no me lo permitía.

Las horas pasaron volando mientras miraba nerviosamente mi teléfono en lo que parecían intervalos de minutos. Apartaría la mirada de la pantalla de mi teléfono y, cuando volviera a mirarla, habrían pasado treinta minutos.

Eran cerca de las 4:30 cuando Jungkook entró a la cocina para sacar sus últimas bebidas del refrigerador. Casi había terminado de empacar todo lo que pudo en su auto, y yo me quedé nerviosa en la cocina. Lo vi deslizar las bebidas en una bolsa de almuerzo antes de salir de la habitación, dirigiéndose a lo que ahora se ha convertido en una cáscara de lo que solía ser una habitación habitada. No lo seguí mientras me quedaba en la cocina, negándome el hecho de que Jungkook estaba seriamente a punto de dejarme atrás en este apartamento.

En realidad se va, y no estaba segura de estar completamente preparada. No era como si pensara que se quedaría atrás, pero nunca había captado del todo el hecho de que Jungkook realmente iba a dejar este apartamento algún día.

- Sabes --Jungkook se rió entre dientes desde la otra habitación mientras salía al pasillo.

- Si todavía fueras la misma chica del comienzo del verano, este día habría sido una celebración para ti. Me habrías tirado un fiesta de despedida por lo emocionada que estabas de que finalmente me fuera.

Dejé que una sonrisa rompiera mi tristeza cuando Jungkook salió de la habitación. Había obtenido todo lo que necesitaba de esa habitación, y le dolía saber que finalmente había terminado de empacar. Estaba completamente listo para irse, pero le parecía mal irse sin que yo lo siguiera. No es que lo seguiría aunque pudiera permitírmelo...

Bueno, podría haberlo perseguido, pero nunca lo sabré realmente ya que nunca entraré en su escuela, de todos modos.

- Casi preferiría odiarte ahora mismo -- hablé con un temblor en mi voz.

Los ojos de Jungkook se suavizaron al escuchar mi voz mientras caminaba hacia mí. Tenía una bolsa colgando de su hombro que colocó en el suelo, arrodillándose para buscar dentro de ella. Lo observé con curiosidad mientras finalmente encontraba lo que estaba buscando.

- Entonces, sé que esto no es lo que pediste --comentó Jungkook cuando sentí que mi expresión se volvió completamente perpleja.

No recuerdo haberle pedido nada en absoluto...

Se puso de pie con una pequeña caja negra que mis ojos trazaron como un halcón observando a su presa. Nunca le pedí nada. ¿Por qué me compró, lo que solo puedo asumir es, joyas?

Me tendió la caja para que la tomara mientras lo miraba confundida.

- Kook, nunca te pedí nada. ¿De qué estás hablando?.

Jungkook miró hacia abajo y sacó algo de su bolsillo trasero para dármelo. Era una tarjeta pequeña con el mismo emblema que la caja. A regañadientes tomé la tarjeta mientras lo miraba con curiosidad. ¿Qué estaba haciendo él?

- Solo léelo y luego abre la caja --sonrió cuando comencé a abrir la tarjeta.

Salté cuando Jungkook extendió la mano para cerrar la tarjeta una vez más, añadiendo aún más a mi confusión.

- Pero guárdalo para cuando me haya ido. Será raro leer la tarjeta si estoy parado aquí porque la escribí como si ya me hubiera ido.

Dejé que una pequeña risa saliera de mi nariz mientras me alejaba de Jungkook, caminando para colocar la caja en la mesa del comedor. Jungkook me siguió cuando me di la vuelta para mirarlo.