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Te vi a ti.

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓥𝓲𝓬𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪

- Recuerdo que estábamos cogiendo a la bestia y llamé a Scott para que le lanzase la lanza, se que Jordan lo cogió por delante, vi que se iba a escapar por un lateral y lo cogí de ahí, fue entonces cuando la lanza lo atravesó, y ésta dio en mi corazón. Recuerdo que Jordan me cogió en brazos, me subió al coche, me bajó de este y me puso en la camilla de metal de la veterinaria, y todo se volvió negro. Después desperté en mi cama, me levanté y llame a mamá y Scott, pero ninguno de ellos me contestaron. Salí a la calle para ir a casa de Jordan, estaba todo el pueblo vacío, como si nunca nadie antes hubiera vivido ahí, similar a un pueblo fantasma, realmente daba miedo, no le di importancia y seguí mi camino hacia casa de Jordan, una vez allí la puerta estaba abierta, y al igual que la calle, la casa estaba vacía. Me fui a nuestra habitación y me senté en el borde de la cama, sin saber dónde estaba todo el mundo, y entonces apareciste tu. - indique a Lydia. - Enfrente de mis narices, agachada a mi altura y me susurraste que tenía que despertar, que Jordan me necesitaba, y fue entonces cuando te vi a ti. - Dije señalando a Jordan. - A la otra punta de la casa, cada vez que intentaba acercarme a ti, es como si no pudiera cogerte, te alejabas a cada paso que daba, estaba muy asustada y otra voz sonó detrás de mí, era mi otro yo, diciéndome lo mismo, que tenía que despertar, que algo malo iba a ocurrir y que necesito estar para que Jordan y yo ayudemos a salvar el pueblo. Alguien tocó mi hombro, me giré y te volví a ver. - dije señalando a Jordan. - Ahora en frente de mí, con los ojos brillando de fuego y respirando pesadamente, diciéndome que me amabas, que tú no podias estar sin mí. Juntaste nuestros labios y hasta ahora que desperté aquí, tú me trajiste de vuelta. Tu me ayudaste a despertar. - les expliqué a todos lo que me había pasado.

Mi madre me abrazó fuertemente. - Como vuelta a perder de nuevo a uno de mis hijos, os prometo que me convertiré en una cazadora de criaturas sobrenaturales. - dijo sería.  Trague en duro, mi madre realmente me da miedo cuando se pone seria.

- No va a pasarme nada mamá, ni a mi ni a Scott. - todos me miraron asustados. - A nadie, a nadie. - comenté rápido.

Mi hermano se acercó a nosotras. - Sabia que Parrish y tu no ibais a tener solo una buena amistad. - me miró pícaro para animar el ambiente.

Me reí ante el comentario, Scott besó mi frente y cogió mi mano apretandola. Se apartó y dejó a Jordan que se pusiera a mi lado.

- Si no llegas a despertar, te juro que hubiera pegado tal chillido que todos los del infierno como nosotros se hubieran quedado sordos de por vida. - dijo Lydia algo cabreada.

- No puedo morir Lydia, soy un perro del infierno. - le miré con un poco de malicia irónicamente.

Esta negó con la cabeza mientras reía. Vi a Liam que no se atrevió a decirme nada, le dije a Jordan que me dejase paso para bajar, este quiso ayudarme pero le dije que podía, que estaba bien.

- ¿Sabes que? - dije una vez a la altura de Liam. Este me miró esperando que siguiera hablando. - Tu ancla nunca te va a abandonar. - cogí sus mofletes con mis dos manos sonriendole.

- ¿Me.. Me escuchaste? - se asombró.

- Os escuché a todos, de fondo, pero os escuché, solo pude oír bien a Lydia y a Jordan, supongo que es por lo de la muerte y todo eso. - obvié.

Liam se abalanzó sobre mí, sabía que necesitaba hacerlo en cualquier momento. Sé que soy su ancla desde que pasó lo de mi hermano y el, cuando casi lo mata, fue mi voz la que le hizo parar. También sé que cuando tiene ataques lo que hace es recordar nuestros mejores momentos de vida o muerte, cuando le saqué del pozo, cuando le ayudé con las pesadillas de los Berseker, cuando le protegí cuando Peter tiró las maderas hacia el.. Y muchas cosas más.

- Me alegra que estés de vuelta pequeña McCall. - se acercó mi mejor amigo que no se había atrevido a hablar en todo el tiempo que teníamos ahí.

Le abracé fuertemente a lo que él correspondió enseguida.

- Nunca te vas a librar de mí pecas, ni si quiera al otro lado. - sonreí, me volvió a abrazar cosa que no negué.

Vi a Malia fuera de la veterinaria, de pie con los brazos cruzados y la cabeza agachada.

- No a vuelto a entrar desde que se "despidió" de ti, las muertes le afectan mucho, te ha escuchado despertar, se como es Malia, le a afectado mucho y no se atreve a entrar aún. - me dijo Stiles.

No dije nada y me dispuse a ir a fuera. Abri la puerta para salir, y esta enseguida se me abalanzó.

- Lo siento... Sé que debería de estar dentro, pero necesitaba pensar en mis cosas, pensar en porqué no estuve más tiempo contigo y olvidarme un poco del tema de mi madre, ayudarte a coger pistas sobre la criatura, ayudarte cuando aparecías en el bosque de la nada... Ayudarte y no lo hice, siempre estaba más en mis cosas que lo que realmente estaba pasando, lo siento Vicky, eres una de las personas a las que más admiro y nunca he estado para ti. - se sinceró.

- Hey... Estoy aquí y no me pienso ir, así que no digas esas cosas, tus cosas van primero antes que los demás, ¿de acuerdo? Venga Malia, no me jodas, tu madre quería matarte, ¿que más importante hay que eso? - sonreí negando. Esta río también, me volvió a abrazar.

Todos salieron fuera, mamá tenía que volver al trabajo, Scott tenía que despedirse de Kira, Lydia y Stiles tenían que ir a hablar con el padre del segundo mencionado, Deaton tenía que quedarse en la veterinaria, Malia necesitaba hablar con Breaden, Liam había quedado con Hayden, Corey y Mason, estos dos últimos se tuvieron que antes de que pudiera contar lo que me ocurrió mientras estaba "muerta". Jordan cogió el día libre así que, supongo que no me dejaria irme a ningún lado.

- Vamos a casa a descansar, ¿vale? Necesitamos descansar. - me dijo Jordan, realmente se le veía cansado, en cambio a mi después de a ver estado "muerta" es como si me hubiera metido un chute de adredalina.

Le dije que conduciría, así el descansaban un poco por el camino. Una vez allí nos disponíamos hacia la puerta de entrada.

- No sabes el susto que me has dado.. Pensaba que el corazón se me iba a salir del pecho para dejar de latir eternamente. - nos tumbamos en la cama, me abrazaba como un koala a su bambú.

- Nunca voy a abandonarte, ni a ti ni a los demás, lo tenéis realmente jodido para que eso ocurra. - sonre. Besó mis labios, era un beso de alivio.

Empecé a acariciar su pelo con mis dedos, poco a poco iba notando su respiración más acelerada, sabía que se acabaría durmiendo, y en efecto, a los segundos se durmió. Me acomode un poco en la cama, Jordan seguía como un Koala así que hice lo que pude para ponerme bien, lo conseguí y creo que a los pocos segundos también me quedé dormida.






Editado.

𝕋𝕙𝕖 ℍ𝕖𝕝𝕝𝕙𝕠𝕦𝕟𝕕𝕤 - Jordan Parrish [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora