Cap.6

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Horacio sintió los labios del comisario sobre su mejilla,- ummm,- ronroneó con los ojos cerrados.

-Me voy, ¿vale?, luego hablamos,- el chico estiró sus brazos y lo atrapó, tiró de él y juntó sus labios, lo besó tiernamente por unos segundos y lo dejó ir.

-Ten un buen dia,- se acurrucó abrazando la almohada y dejando descolocado al ruso, quien se agachó y besó su frente antes de irse.

-Descansa,- acarició su suave cabello y se marchó.

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La luz molestaba demasiado a Horacio, aún con las cortinas echadas, traspasaba haciéndole daño en sus sensibles pupilas, se dió la vuelta en la cama dándole la espalda a la ventana.

Fué despertándose poco a poco, sonrió al recordar el dia antetior junto a Volkov, estaba muy ilusionado por haber podido compartir conversaciones, besos, cosas cotidianas como cocinar y comer con él más el echo de haber compartido su cama, ya que no imaginó que el otro se soltara tanto.

Se levantó, fué a asearse al baño y después fué a tomar un zumo con unas galletas acompañados por su medicación, miró su móvil buscando algún mensaje del comisario pero no encontró nada en su bandeja de entrada, lo que hizo que formara un puchero.

*Me ha encantado compartir un dia entero contigo, que sepas que ya estoy haciendo planes para tu siguiente dia libre💙*

Mandó el mensaje y fué a vestirse, debía sacar a Perla antes de que Gustabo apareciese, sabía que le metería prisa y se pondría pesado, así que salió con su perro y lo paseó por la urbanización.

Cuando iba llegando de vuelta a casa, encontró a su amigo apoyado en su coche, lo miró frunciendo el ceño, tenía sus brazos cruzados y no parecía tener un buen día,- Gustabo, buenos dias,- lo saludó alegremente.

-Tio te he dicho veinte veces que no salgas de casa sin tu teléfono, si te pasa algo ¿cómo pedirás ayuda?,- Horacio palmeó su bolsillo y notó que no estaba ahí, se lo había dejado en la mesa antes de salir.

-Perdona, lo olvidé,- se dirigió a la puerta de su hogar.

-Va, no pasa nada, ya estoy yo contigo, buenos dias perro,- le hizo cosquillas para animarlo un poco haciéndolo reir y correr por el salón huyendo de él.

Después de dejarle todo preparado a Perla, los dos salieron y se fueron hacia el ayuntamiento en el coche de Gustabo.

-¿Cogiste tu documentación?,- preguntó el mayor.

-Si, llevo todo, no te preocupes,- iban a hacerse el pasaporte y a arreglar unos papeles de Gustabo,- ¿debemos ir también a comisaría verdad?,- Horacio miró por la ventana entusiasmado, igual su comisario se encontraba allí y podría atenderles.

-Si, tú tienes pase VIP como en el hospital, a ver si nos atienden rápido,- Gustabo se rió divertido con las amistades de su amigo,- ¿qué tal con Volkoff?,- Horacio lo miró enarcando una ceja.

-Es Volkov perro, y...muy bien, demasiado bien, de locos,- el corazón de Horacio bombeó deprisa.

-¿Ya estás hasta las trancas?, no sé qué le ves, es un tipo muy serio y raro, no te pega para nada, tú eres todo lo contrario.-

-Por eso nos complementamos tan bien, además conmigo es...diferente, no lo entenderías,- Gustabo no era de relaciones de ningún tipo, estaba bien solo, cómo él mismo decía, así nadie me aguanta ni tengo que aguantar a nadie.

-Pues bien por tí, pero recuerda, nos vamos en menos de un mes, tenlo presente y valora tus prioridades,- le preocupaba que su amigo se enamorara y al final decidiera no ir a trabajar con él.

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