Cap.13

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-Lárgate de aquí,- Gustabo miró a Volkov, apretaba su mandíbula, sus ojos azules estaban rojos por el llanto y sus pupilas tenían un gran tamaño, la rabía y el dolor le estaba consumiendo.

-Gustabo, tranquilo,- Greco se acercó y le sujetó por la cintura para que no se acercara mucho al ruso, temía que se liara a golpes con él.

-¿Tranquilo?, ¡por culpa de este gilipollas Horacio está en coma!,- las lágrimas no paraban de caer por su rostro ni por el de Viktor que miraba hacia abajo serio, intentando controlarse.

-Gustabo, no voy a marcharme de aquí,- lo miró fijamente,- sé que creés que todo esto es mi culpa pero no es así,- se acercó un poco y el rubio se intentó abalanzar hacia él sin éxito, el de barba le tenía bien sujeto.

-¡Que te largues!,- gritó fuera de sí.

Volkov se dió la vuelta y fué hacia las sillas, se sentó apoyando los codos en sus rodillas y la cabeza en sus manos, estaba derrotado, abatido por las circunstáncias y no pensaba irse del hospital hasta poder ver a Horacio, necesitaba verlo, simplemente observarlo, besar su frente y tomar su mano, pedirle perdón y cuidar de él.

-Gustabo mírame,- Greco cogió su rostro con ambas manos intentando que se centrara en él y dejara de mirar al peliplata,- tienes que tranquilizarte o no te van a dejar entrar a verlo, Horacio necesita ahora mucho cariño y cuidados, no puedes entrar en este estado,- el rubio se centró en las palabras del de barba y respiró profundamente mientras secaba sus lágrimas.

-Ya estoy más calmado, pero si ese tio se acerca a mi amigo, voy a matarlo, bastante daño ha hecho ya.-

-Gustabo, de verdad, tienes que escucharle, él no tiene la culpa, el cerdo de Ivanov lleva jodiéndole la vida un tiempo simplemente por querer a Horacio, no dejes que la ira te ciegue, él lo quiere, necesita verlo, sé que se siente culpable por todo y que está hecho una mierda, no te digo que lo dejes entrar hoy, pero al menos escúchale antes de decidir,- lo besó en la mejilla y acarició su barbilla.

-Voy a entrar a ver a Horacio y después hablaré con él, dile que no se vaya anda,- se encaminó hacia adentro y Greco sonrió porque podía ayudar a su amigo a ver al chico.

-¿Quiéres un café?,- el moreno se sentó junto a Volkov, le puso una mano en la espalda en señal de apoyo y observó el estado en el que se encontraba, nunca había visto al serio y frio ruso así, sabía que lo estaba pasando muy mal.

-Gracias pero no, solo....solo necesito verlo, Greco, nece-necesito...verlo,- daba hipidos mientras lloraba desconsolado,- no se merece esto, no se lo merece...él es tan...bueno,- golpeó su frente con ambas manos solo de pensar en el chico tumbado en la camilla inconsciente, en hablarle y que no conteste, en no ver esos preciosos ojos brillantes llenos de emoción y cariño, en no escuchar su risa, estaba entrando en demencia.

-Tranquilo, la doctora ha dicho que de momento tienen que ir haciéndole más pruebas, además están barajando la posibilidad de utilizar la famosa inyección para controlar su azúcar, en este estado tolerará mejor el tratamiento porque está controlado, así que no son todo malas noticias,- el ruso levantó su rostro y miró a su amigo.

-Pero está en coma Greco, por un puto error mío está en coma, no debería de haberme conocido, seguramente ahora estaría feliz haciendo sus maletas para poder cumplir su sueño y mira cómo ha acabado, soy una mierda, solo le he traído dolor y desgracias,- volvió a romper en llanto.

-Volkov tio, te quedas con lo malo, imagínate lo que le has aportado en su vida como para que decida dejar su sueño a un lado para poder estar contigo, él es feliz a tu lado, lo de Ivanov es una mierda sí, pero seguro que cuando despierte lo entenderá, va a estar bien, hazme caso.-

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