Capítulo 9

495 29 94
                                    


Amar puede hacer daño,

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Amar puede hacer daño,

algunas veces, amar puede hacer daño,
pero es la única cosa que conozco.
Y cuando se pone difícil,
sabes que algunas veces se puede poner difícil,
es la única cosa que nos hace sentir vivos.

Guardamos este amor en una fotografía,
construimos estos recuerdos para nosotros mismos,
en donde nuestros ojos nunca se cierran,
los corazones nunca se rompen,
y los momentos quedan quietos, congelados para siempre.

Así que puedes guardarme en el bolsillo
de tus vaqueros rasgados,
abrazarme hasta que nuestras miradas se encuentren,
nunca estarás sola,
espérame a que vuelva a casa.

Ed Sheeran, Photograph

«Dicen que hay amores que no se olvidan, solo se oculta ese sentimiento con el tiempo, asimismo, se anestesian el dolor y la añoranza»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

«Dicen que hay amores que no se olvidan, solo se oculta ese sentimiento con el tiempo, asimismo, se anestesian el dolor y la añoranza».

Franco leía el párrafo una y otra vez en su tiempo de almuerzo. Ese libro lo encontró en un basurero mientras cargaba una funda de cemento y, el título le llamó tanto la atención, que empezó a leerlo.

Pese a que él nunca fue estudioso, sí le gustaba leer ficción, en especial romance; pero en el tiempo en que podía darse el lujo de comprarse un libro, lo hacía a escondidas para evitar las burlas de sus amigos.

La obra en sus manos se titulaba "Mi primer y único amor", y relataba cómo una pareja de amigos que, tuvieron que separarse sin confesar su amor, a pesar de los años seguían amándose.

—Mi primer amor... —balbuceó mientras miraba al cielo y el resplandor de este le trajo recuerdos, que había enterrado en el fondo de su corazón porque su vida dio un giro, en el que ya no importaba ni él ni sus sentimientos.

Esbozó un suspiro y tomó un bocado de comida. Se sentía tranquilo de que pudiera comer sin remordimiento, puesto que ese día le pagarían el trabajo que el maestro constructor le debía y podría comprar una buena cena a su pequeña.

—¿Qué lees? —Un compañero de tez morena y ojos claros se le colocó al lado. Franco estaba sentado en una pila de restos de construcción, con su ropa llena de polvo y cemento.

PenuriasWhere stories live. Discover now