Un cambio en la profecía.

I

El frío golpeteo de las gotas de lluvia por todo mí cuerpo acapararon mí atención.

Las tormentosas nubes y el viento que me recorrían no eran lo más apreciable del mundo, pero si me confirmaban algo fundamental.

Yo estaba vivo.

La pregunta ahora era... ¿Por qué en estas condiciones?

Vagamente escuché el sonido de pasos alejarse y mí visión se oscureció.

Nuevamente abrí mis ojos, está vez con mayor claridad.

Un piso inundado reflejaba mí mirada, estaba arrodillado y está vez sin malestar alguno.

Ojos grandes y azules me dieron la bienvenida, junto con un puntiagudo cabello rubio y revoltoso.

Tres cicatrices en las mejillas que si bien no eran feas, daban pie a que la gente mirara dos veces para confirmar que realmente estaban ahí.

Ropa naranja y claramente destacable complementaban a la imagen, la bandana con el símbolo no desconocido para mí solo aseguraban lo ya visto.

-...¿Que carajos?...-La duda dio paso a la inseguridad, de ella llegó la comprensión y con eso...

El pánico me inundó.

Mí respiración me traicionó por un momento, pero antes de que pasará a mayores todo llego a mí cabeza como un tren de carga.

Recuerdos.

Cientos, si no miles de ellos. Cada uno más nítido que el anterior.

Una aldea, reconocida como el hogar que debía brindar seguridad.

Gente por doquier alrededor, mirando descaradamente como si no estuviera bien.

Un anciano, su papel de protector y el faro necesario para sobrellevar las adversidades futuras.

Enseñanzas, niños a quienes poder llamar "amigos". Un poder sin ser utilizado como es debido.

Dificultades en todas partes.