IX

1.2K 199 127
                                    

Mis pies chocaron con la líquida superficie del agua, pero, rompiendo todo estereotipo de normalidad... Se mantuvieron como si de una sólida base se tratara.

Respirando profundamente enterré el sentimiento de espera previo al hundimiento, sin terminar de procesar que eso ya no volviera a ocurrir.

-(No mientras esté consciente al menos).

Envié un firme puñetazo al aire, manteniendo especial cuidado en no aflojar la postura, seguido de ese vino otro y así consecutivamente.

Era una escena que venía repitiendo desde hace días, tres para ser exactos. Igualando cada movimiento y mejorando aquello para no malgastar el tiempo, necesitaba habilidad y pronto.

Lanzando una patada sentí el agua salpicando mi rostro, las gotas se sentían como el cielo sobre el sudor que cubría cada centímetro del cuerpo. Las horas pasaban volando a pesar de todo, siendo la posición cada vez más oculta del Sol lo que indicaba ese dato.

Había algo extraño en realizar siempre lo mismo, una ansiedad que exigía dar mejor el próximo golpe, que negaba el rendirse ante el dolor hasta estar satisfecha. Sin embargo, no se apagaba, porque aún quedaba margen de mejora.

Porque cada puñetazo, a pesar del insistente temblor que el dolorido músculo transmitía, era poderoso, rápido... Peligroso.

No habían perdidas de equilibrio, ni mareos, y si por alguna razón sucedían, debían ser corregidas en el acto. La frustración que venía con ellas al principio fue negativa, encerrando la mente en un estado donde poco se podría lograr ante errores tan tontos.

Pero Jiraiya, sabio como su título lo menciona, supo tratar con aquello de inmediato. Sus palabras, mundanas pero ciertas, señalaron los beneficios ocultos entre cada falla.

-Te equivocaste muchas veces, es cierto, pero ¿Notaste la intuición en tu agarre? ¿Como supiste exactamente cuando golpear?. No trates de evitar los errores pensando con antelación, esa es la falla máxima, mantén tu mente serena para corregirlos y aprender de ellos.

Aseguro mi postura, guío mis movimientos, expandió mis conocimientos. Todo eso en un lapso no mayor a una semana, con cada día nos acercamos más al País de los Fideos y la confianza aumenta de manera escalonada.

No estoy en posición de enfrentar a un Gaara desatado tal vez, aún así cada aspecto posible se trata de refinar apenas hay oportunidad. Es como mi propia presencia en este mundo, comenzó como una pequeña onda, pero eventualmente crecerá hasta convertirse en algo sin precedentes.

Quizás pueda sonar arrogante, dejándome llevar por la emoción que el momento me trae. Sintiendo el agua refrescando el cuerpo y la calma del mismo respondiendo automáticamente a la seguidilla de golpes, habiendo memorizado perfectamente la coreografía. Pero tengo la confianza de que lograre darle cara a cada conflicto venidero, sin miedo en el proceso y obteniendo un resultado más que positivo.

Esperaba no arrepentirme de aquellos pensamientos, siempre recordando que estaba en un mundo gobernado por Shinobis, gente cuánto menos impredecibles ante los problemas.

-(¡Pero yo puedo hacerlo!)-Girando sobre mis propios talones realice una patada ascendente, sosteniendo el peso con mis manos presionando el azulado líquido.

La sensación de estar manteniendo con solidez aquel elemento era asombrosa, jamás lo negaría, pero releve ese hilo de pensamiento para más tarde. Practicar el enfoque es tan importante como el resto de cosas en la agenda.

Realizando una jugada arriesgada salte hacía atrás, invocando un solo pero sólido Clon de Sombra, quien al igual que mi persona supo mantenerse perfectamente sobre la fría agua.

Un cambio en la profecía.Where stories live. Discover now