Capitulo 1

1.7K 127 37
                                    

Eda Pov

— Dime que lo que acabamos de ver fue real... — Dijo Melo una vez sentadas en el taxi, ambas con la mirada perdida.

—... Aún no lo sé. No siento mis piernas. — Dije totalmente ida, perdida en el recuerdo.

¿Cómo podía ser real? Acababa de conocer al chico más guapo que había visto en toda mi vida.
Aún siento su mirada penetrante sobre mi, estremeciendo cada parte de mi cuerpo.

No era usual ver a un chico como él por esta zona, aún cuando en las novelas turcas aparezcan hombres de mas de un metro ochenta, rubios y con un cuerpo envidiable, los chicos normalmente eran de una tez mas morena, casi aceitunada como la mía, con ojos entrañables, pero carentes de la elegancia que este chico poseía. Usaba un abrigo largo y aparentemente bastante costoso, el cual se entallaba perfectamente en su atlético cuerpo. Su cabello era de un color rojizo pero no en extremo, más cercano al castaño; Pero todo esto era insignificante al momento en que mis ojos se encontraron con los suyos. Su mirada me dejo sin aliento.
No podría describir las sensaciones que sentí en ese momento, porque siento que mi memoria no le haría justicia. Él proyectaba una seguridad inquebrantable, lo cual lo hizo extremadamente atractivo y casi magnético.

En conclusión, ese chico era todo lo que estaba bien. Demasiado bien.

Y es que no solo era su físico, sino que su forma de actuar tan calmada ante una situación que a cualquier persona le habría hecho perder los estribos era demasiado admirable.

—¡ES QUE ESTABA GUAPÍSIMO DADA! — grito Melo saliendo del trance, reclinando su cuerpo en el asiento.

— ¡Melo! baja la voz... — Mire hacia el chofer para ver si nos había escuchado, pero este parecía mas concentrado en sus pensamientos.

— Es que no puedo calmarme Dada —Expresó con desesperación agitando sus brazos— ¡Ese chico estaba hecho un sueño! Debí sacarle una foto, ahora solo quedará en mi memoria — dijo haciendo un puchero.

— La verdad es que sí... — mis mejillas se sonrojaron tan solo en recordar nuestro cruce de miradas.

Yo nunca había experimentado algo como esto, sentía una sensación tan vigorizante y aterradora a la vez, como si algo en mi interior hubiese despertado.

Cuando me doy cuenta, Melo esta con los ojos entrecerrados, mostrando una sonrisa picara que conozco muy bien.

— ¡Ey! Parece que alguien le echo más que un ojo a ese Dios del Olimpo... — Melo soltó una carcajada, haciendo que mis mejillas comenzaran a sentir un calor algo sofocante, aún mas de lo que ya estaban.

— ¡¿Qué dices Melo?! —Respondo mas alarmada de lo que debería — Pero si tu eres la que esta eufórica con el chico... yo solo confirmo que no esta mal...­­ —dije bajando el perfil, buscando alguna cosa en mi mochila que pudiese distraer su atención de mi.

— Si, si claro. — dijo mirándome sin creer absolutamente nada.— Te conozco demasiado bien Eda Yildiz, y puedo asegurar que ese chico te dejo babeando mas de lo que quieres admitir. — me pico con el dedo para molestar. — Ademas, tu sabes que donde hayan chicos guapos, siempre estará Melo para apreciar su belleza.— Zanjó mi amiga con una sonrisa de victoria.

— Nunca dudaría de tu super poder Melocin — le digo entre risas. Mi amiga era un caso único.

— Bueno, al menos yo me doy cuenta de su existencia, no cómo OTRAS que pierden oportunidad tras oportunidad. — me dijo fingiendo enojo y cruzándose de brazos. — ¡Así nunca tendré un cuñado!— Protesto.

— Ni lo tendrás por el momento — Asegure tajantemente. — Tengo muchas otras prioridades Melo, mucho más importantes que estar teniendo un insufrible amor adolescente. — Lo digo evitando su mirada — Así que no, muchas gracias.

Sabor a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora