6. Manipuladores e ingenuas

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Yeimy.

—Respondé pues, ¿o te comieron la lengua los ratones..? —volvió a preguntar Charly, con un tono que pretendía sonar simpático, pero que en realidad estaba lejos de ser amable.

Me dirigí a Juancho con una mirada de advertencia que si fuese palabras sería un claro; No la cagués.

—No sabía que le tenía que dar explicaciones.

—Ahora sabés —replicó Charly casi al instante. Se cruzó de brazos y por alguna razón aquello lo hacía ver superior.

—Vengo a hablar con Tamy, no con usted ¿Por qué mejor deja de humillarse y se abre?

Charly soltó una pequeña risa.

—¿Abrirme? Oigan a este, si fuiste vos el que vino a interrumpir. Porque la estábamos pasando bastante bien antes de que llegaras.

"Estábamos" eso era demasiada gente y yo no la estaba pasando tan bien que digamos. De todos modos, hubiera preferido seguir en la habitación soportando a un imbécil, antes que estar aquí soportando a dos.

Lo único que estaba deseando en ese instante, era que ambos dieran media vuelta, cruzaran esa puerta, y se marcharan. Deseaba estar sola; sin Charly ni Juancho. Completamente sola, aunque eso fuese una tortura segura, pues no dejaría de reprocharme todo el daño que le había causado a Gema.

—¿Ah, sí? —me había sumergido tanto en mis pensamientos, que me había perdido de la conversación y no sabía ni a qué le estaba respondiendo Charly ahora tan furioso.

Pensé que Juan estaría satisfecho al haber provocado tanto a Charly hasta el punto de ponerlo así de rojo, pero no, estaba casi igual de consumido por la rabia que él.

Ambos ahora mismo eran una bomba en cuenta regresiva; apunto de explotar. Y yo no tenía la energía para soportar otra guerra, pero tampoco las tenía para impedirla. Así que, antes de que pudiera reaccionar y ponerme al tanto, Juancho ya había  empujado a Charly. No fue un empujón suave para provocarlo, fue un empujón de esos que tienen como objetivo dejarte estampado en el piso, pero Charly lo veía venir y no fue un blanco fácil.

Claramente él no se le quedó atrás y respondió con aún más rabia y fuerza que Juan, pero esta vez con un puñetazo que cayó directamente en la nariz de este. El siguiente puño que vi fue el de Juancho dirigiéndose al abdomen de Charly, no una, sino tres veces.

Ver a Charly toser tras los golpes en su estómago fue el balde de agua fría que me llevó devuelta a la realidad, e ir a impedir que él le respondiera tres veces peor a Juancho; lo asesinaría.

—¡Ya basta, los dos!

—Vas a arrepentirte, maricón —amenazó, y si no fuera porque mi brazo estaba bordeando su cintura, él estaría cara a cara con Juan Camilo.

—Deje de amenazar, Charly, que sin su tío y sus lavaperros, usted no es nadie. No tiene las pelotas para pelear conmigo.

—¿Creés que te tengo miedo, gran huevón? —preguntó con una sonrisa provocativa.

—¡Ya, no más! —grité dirigiéndome a Charly—. Y vos.. mañana hablamos —esta vez le estaba hablando a Juancho y aunque no estuviese viendo a Charly, podía sentir su sonrisa triunfante a mi lado.

Juan se limpió con los dedos la sangre que comenzaba a caer de su nariz, y con una mirada aniquilante se marchó dando un portazo. Suspiré profundamente como si el oxígeno que estaba inhalando me fuera a dar paciencia. Ahora Juancho seguramente estaría el doble de enojado y no vendría a intentar arreglar las cosas —nuevamente—, y como tampoco quería estar de malas con él, sería a mí a quién le tocaría ir a intentar solucionar las cosas.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Jul 01, 2022 ⏰

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Tu propia trampa (charleimy)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz