- Si sigues así morirás virgen, Mochi.
Éso y el consolador rosa que acababa de regalarle su amigo TaeHyung fue la gota que rebalsó su inexistente paciencia.
No podía creer que realmente estuviera considerando aquella tarjeta que venía en el paquete...
La felicidad es un sentimiento tan efímero al que uno pareciera no lograr acostumbrarse que termina por escurrirse de nuestros dedos cual arena, sin embargo, el dolor pareciera ser aquello con mayor peso en nuestros corazones...
La falta como motor que maneja la existencia y lo direcciona para cubrir esa necesidad...
Pero existen agujeros que jamás pueden ser cubiertos, y existen ausencias que duelen por toda la eternidad.
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— ¡No puede ser! — volvió a expresar. — ¡Ella...— comenzó a balbucear— ¡Ella no sería capaz de hacer algo así! — se acercó a Jackson lo suficiente como para tomarlo del cuello de su camisa — ¡Exijo que la liberen en este momento! — demandó.
El alfa tomó una profunda respiración para evitar perder sus estribos con la acción del pelirrosa. Tenía que comprender el gran estado de desesperación que estaba atravesando. Sí algo así le ocurriera a su padre, Jackson sería el primero en salir corriendo en su defensa.
JungKook pareció darse cuenta del gran dilema de su hermano, por lo que posó sus manos sobre las del Park, llamándole la atención ante el contacto.
— JiMin-ah... — llamó lentamente — Creo que deberías calmarte un poco... — Jeon tomó con suavidad las manos del omega, retirándolas de su hermano. — Comprendemos que la situación es desbordante y que no somos de tu agrado, pero realmente queremos ayudarte — Continúo, tratando de que el pelirrosa logrará entenderle por fuera de sus enojos.
Wang aprovechó el momento para acomodarse sus ropas nuevamente y carraspear para llamar su atención. — En cuanto a la situación procesal de tu madre, — un gruñido se escapó de la garganta del pelirrosa, quien para su suerte, ambos alfas ignoraron. — Está por fuera de nuestra jurisdicción...
— ¡¿Entonces qué demonios están haciendo aquí?! — el omega tiró de sus cabellos. Su relación con su madre en el mejor de los tiempos había sido tormentosa, pero eso no quitaba que había sido la mujer que le había cargado en su vientre, quién le había acobijado en las noches, le había cuidado cuando estaba enfermo y a quien había buscado necesitando consuelo o un consejo en más de una ocasión.
JiMin deseaba con todo su corazón que su madre pudiera recapacitar de tantas ideas absurdas que abundaban en su mente, pensamientos tan retrogrados como narcisistas y materialistas...
JiMin anhelaba que su madre pudiera conocer al hombre que había cambiado su vida para bien completamente, y a quién él deseaba que le acompañara hasta el último día de toda su existencia.
El pelirrosa tenía un sinfín de buenos deseos para con su madre, y a pesar de sus infinitas diferencias, le abrumaba completamente la idea de que su madre estuviera encerrada en una cárcel por un crimen que estaba seguro que no había cometido.
Ambos hermanos se miraron y Jackson asintió, dándole la palabra a JungKook de continuar.
— Sentimos que era muestro deber anunciartelo, — tragó saliva — Hemos frenado a la prensa de que puedan dar algún dato fundamental de la causa pero... Tú conoces cómo pueden ser los medios. — Park rio de forma sombría, asintiendo a sus palabras. — De todas maneras, sí bien Jackson no tiene jurisdicción dentro de su causa, si tenemos algunos contactos que pueden ayudar a que tú madre este lo más... — pensó unos momentos antes de continuar — “Cómoda” posible en tanto toda la situación se esclarezca.
