- Si sigues así morirás virgen, Mochi.
Éso y el consolador rosa que acababa de regalarle su amigo TaeHyung fue la gota que rebalsó su inexistente paciencia.
No podía creer que realmente estuviera considerando aquella tarjeta que venía en el paquete...
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Le llevó todas sus fuerzas el no salir corriendo en búsqueda del alfa. Todas sus fuerzas y sentir como su alma se quebraba en infinitos pedazos y como su lobo rasgaba la superficie para cambiar de forma, plantarle cara a YoonGi y mostrarle su cuello en modo de sumisión.
Esto no podía estar pasando... No era así como había planeado que todo sucediera. Nunca había imaginado que volvería a encontrarse con el rubio, ni mucho menos que habrían vuelto a compartir su cama...
Su lobo lloraba sin consuelo y solo aquel alfa parecía tener el poder de cambiarlo.
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— ¡¿P-podrías repetirlo de nuevo, Minnie?! Por favor... Es que... no logro comprenderlo.
JiMin suspiró.
Se sentía como la mierda en ese momento, y el tener que repetirle las cosas de nuevo a su amigo no ayudaba...
El tener que revivir como uno puede sentirse en lo más alto del mundo, para luego caer desde un precipicio, todo gracias a la misma persona.
— Tae, realmente no ayudas.
TaeHyung miró con culpa a su amigo, quien tenía un estado totalmente demacrado. Las ojeras le llegaban por el piso, tenía las mejillas hundidas, y apostaría todo su maldito dinero a que JiMin había perdido unos cuantos kilos en esa semana.
—L-Lo siento. Es sólo que... ¿Cómo es que se apareció en tu casa? ¿Cómo es que terminaron durmiendo juntos de nuevo? ¿Acaso te obligó? — su mirada se oscureció— Porque sí es así, rodaran cabezas aquí, y no me importa todo su complejo de alfa ni que me desgarre el cuello. No te mereces estar así, él no debería de haberte dejado así, todo esto es su culpa, JiMin.
— No lo sé Tae, simplemente sucedió. Y no, no me obligó a nada. Yo...Yo lo dejé. Y también fue mi culpa, no...— meditó— No pensé que un mal entendido pudiera causar todo ésto, pero no es más que una prueba de que esto estaba completamente mal desde el comienzo. Jamás debería haber visitado esa página...
