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🚨ADVERTENCIA🚨

El siguiente capítulo incluye contenido que puede herir la sensibilidad de algunas personas, absténgase de leer si es alguien delicado.

(Se recomienda discreción)

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第七章

(Capítulo 7)

Un par de semanas después, luego de que Jiang Cheng hubiese regresado al muelle de loto, tal y como Lan QiRen lo había previsto, el embarazo del líder Jiang fue confirmado.

Ese día, el Jiang no se sentía muy bien, así que decidió quedarse en su habitación para descansar.

Sus discípulos, al ver que su líder se encontraba indispuesto, enviaron un mensajero a Gusu para informarle al primer jade, lo sucedido con su esposo.

Cerca del mediodía, Lan XiChen llegó a Yunmeng y sin tiempo que perder se dirigió a la habitación de su amado para ver cómo se encontraba.

Al entrar en el dormitorio de su esposo, el Lan soltó un suspiro de alivio y sonrió.

El loto púrpura dormía plácidamente, debajo de una gran pila de ropa de él y de su pareja, mientras abrazaba una almohada envuelta en una de las túnicas de Lan Huan (Algo verdaderamente adorable a los ojos del jade).

Lentamente Lan XiChen se acercó a su pareja, se sentó a su lado y comenzó a acariciar su cabello.

Al percatarse de la presencia de alguien más en su habitación, el Jiang se levantó de golpe, tomó a aquella persona de la muñeca y la derribó en el suelo para someterla.

A-Cheng, tranquilo, soy yo, tu esposo— se apresuró a decir Lan Huan, bastante asustado y confundido, al ver los ojos del menor inyectados en furia —mírame soy yo

Al escuchar la voz de su amado, el Jiang parpadeó un par de veces y relajo su expresión —¿Qué demonios haces aquí tonto?, Me asustaste, ¿No se supone que deberías estar en Gusu ahora?

El Lan hizo un pequeño puchero y acarició el rostro del menor —Perdón, se que debería estar en mi secta ahora, pero está mañana, recibí un mensaje en dónde se me informaba, que te encontrabas indispuesto y me preocupe, así que quise venir a ver cómo te encontrabas

Pues cómo puedes ver, estoy bien, quien fuera que envió ese mensaje, exageró, yo solo me he sentido un poco cansado y mareado últimamente, eso es todo— el Jiang desvío la mirada y se cruzó de brazos, fingiendo molestia e indignación.

A-Cheng, ¿De verdad es solo eso?— comenzó a cuestionar el Lan, percatandose de que su amado lucía un poco pálido y ojeroso.

El Jiang guardó silencio, al escuchar aquella pregunta. Si era honesto, desde que regresó a su secta, tenía jaquecas constantes, apenas si podía comer, tenía náuseas todo el tiempo y ya varias veces había estado a punto de desmayarse durante los entrenamientos.

Calidez de un Frío Invierno (XiCheng)Where stories live. Discover now