The lucky one │Harry Styles│

17.

―¿Cómo van con su proyecto, chicos? ―preguntó el profesor de biología mientras abría su portafolios.

―Bien ― sonreí―, está casi terminado.

―Espero que sea una buena presentación para la feria de ciencias ―dijo mientras buscaba algo en su portafolios―. Confío en ustedes ―nos miró―. Los dejo, debo ir a otra clase ―ambos asentimos y lo vimos salir.

Comencé a guardar mis cosas y Harry hizo lo mismo, seguía penada por lo ocurrido el sábado en la mañana aunque no habíamos tocado el tema ese día, pero me daba miedo de que me preguntara algo y que no supiera contestarle adecuadamente.

Caminé a la salida del salón para evitar a Harry, venía haciéndolo desde principio de semana y todo había ido bien, Harry había hecho varios intentos de hablar conmigo pero siempre tenía una excusa o clase y jamás me había sentido tan contenta de tener una clase.

Me dirigí a mí casillero y comencé a guardar unos libros, la próxima clase no la tendríamos y yo no tenía idea de a dónde ir a esconderme de Harry.

―¿Podrías dejar de evitarme y hablar conmigo unos minutos? ―dijo Harry mientras yo cerraba el casillero.

―¿De qué quieres hablar? ―pregunté mientras comenzaba a caminar dándole la espalda.

―De lo que sea ―pude notar un tono de felicidad en su voz―. Sólo quiero hablar contigo.

―Pues hablemos ―me encogí de hombros y me sentí aliviada de que no tocara el tema del sábado.

―¿Qué has hecho estos días que has estado evitándome? ―preguntó mientras se colocaba a mi lado.

―He estado muy ocupada, no he estado evitándote ―mentí mientras empujaba la puerta para salir a las canchas de americano.

―Tan ocupada que ni entre clases me hablabas ―escuché la puerta cerrarse.

―Tuve un inicio de semana un poco alocado, eso es todo ―me encogí de hombros―. ¿Qué has hecho tú?

―He estado llevando a Gemma de compras y estamos viendo lo del campamento ―nos sentamos en las gradas.

―De compras ¿eh? ―sonreí―. Muchas chicas ―golpeé su brazo con mi codo.

―Sabes que no soy así ―me miró.

―Comienzo a creer que no te gustan las chicas ―entrecerré mis ojos y lo miré.

―¿Dudas de mis preferencias sexuales? ―me encogí de hombros y le dediqué una sonrisa burlona―. ¿Es en serio?

―Durante todos estos años de amistad sólo te he conocido una novia ―grité sin intención de hacerlo―, y no te fue muy bien que digamos ―lo miré―. A lo mejor que cansaste de las chicas y ahora buscas algo más.

―Eres una tonta ―me empujó ligeramente―. Puedo demostrarte que me gustan las chicas ―arqueó una ceja.

―¿A sí? ―pregunté con un tono retador―. Quiero verte besar a una chica tan apasionadamente que no me quede duda de que te gustan las chicas―sonreí.

―Puedo hacerlo ―sonrió―, una vez lo dijiste.

―¿Qué dije? ―pregunté confundida.

―Puedo tener a cualquier chica a mis pies ―se hizo para atrás recargando ambos brazos sobre la grada de arriba―. ¿Apuestas?

―Una semana Styles.

―Una semana Lane ―repitió.

― Y si no lo haces ¿qué pasa?