Todos saben sobre las almas gemelas, mas no todos tienen la suerte de encontrarla y no todos saben valorarlas cuando tienen la dicha de tenerla.
Mas no todos saben de la posibilidad de tener mas de un alma gemela.
En esta historia meteré varios univ...
-Tu eres la única que no me miente, escuché a Elena decir algo y no se que mierda es. -se tomo con fuerza el cabello.
Le tome las manos y negué.
-Solo dímelo, no tienes que lastimarte cariño. -me senté junto a el.
-Ella dijo que tenían que borrarme la memoria, creo que lo que crei que imaginé por las drogas, si era real. -se paso las manos por el rostro. -Ella son vampiros. -me miró serio.
Suspire.
-Tu ya lo sabías, ella ya te había borrado la memoria Jer. -murmure. -Cuando nos conocimos ella ya lo había hecho.
Se levantó furioso.
-¿Cómo puedo evitar que lo siga haciendo? ¿Tu puedes ayudarme? -me miró con súplica.
Mierda, aún no quiero que sepan sobre mi, una parte me grita que lo ayude y lo guíe por el camino de lo sobrenatural y el otro solo me dice que me niegue.
-Puedo ayudarte si, pero tienes que guardar el secreto, no quiero que nadie sepa sobre mi. -le dije totalmente sería.
El asintió rápidamente, suspire y lo lleve conmigo.
-¿Porque no quieres que sepan? ¿Eres un vampiro? -pregunto rápidamente.
Reí y negué.
-Con calma Jer, todo a su tiempo. -le sonreí.
Cuando comenzamos a caminar, el hizo algo que me sorprendió, tomo mi mano y entrelazó nuestros dedos; no me opuse, pero no crei que el lo haría, necesito saber que es lo que me conecta a el pronto.
Vimos a su estúpida hermana y a su patética pandilla, nos miró mal, pero yo siendo tan asombrosa, le mostré mi hermoso dedo medio y Jeremy solo sonrió ante ello.
(...)
En cuanto llegamos a mi casa, lo lleve al cuarto de magia, bien pude robarle la idea a Dean con su "cuarto especial", pero yo lo hice aún más genial.
-De acuerdo Jer, te haré un hechizo para romper la compulsión que ya tienes y pondré una barrera que impedirá que vuelvan a hacerlo. -dijo mientras lo sentaba en medio de la habitación.
El asintió.
-¿Eso me protegerá de todo? -pregunto mirando mis movimientos.
Me detuve y pensé en lo que dijo.
-No, pero te haré un amuleto con un poco de magia, podrás protegerte y yo sabré cuando estés en peligro. -tome mi libro de las sombras y busque. -Lo tengo, ¿Estás listo?
El asintió y respiro profundamente, cuando comencé a recitar el hechizo el hizo una mueca y tomo su cabeza, la compulsión se rompió, seguí recitando para poner la barrera y cuando estuvo listo, el respiraba agotado.
-Eso fue...
-Lo se Jer. -murmure y con mi otra magia, sin que el viera active su protección. -Nunca te lo quites. -dije al ponérselo.
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El lo tomo para verlo y sonrió.
-Lo prometo, no dejaré que lo vean tampoco. -lo guardo bajo su camiseta.
-Recuerda que es un secreto. -dije y el asintió rápidamente. -Siempre que quieras está es tu casa Jer, nunca dudes en pedirme ayuda o un simple abrazo. -despeine su cabello.
Sus ojos se cristalizaron y asintio; te protejere pequeño Jeremy.
...
Estaba en la maldita cena en casa de Jeremy, el muy desgraciado me convenció con esos ojos de borrego torturado, ¿Y que pasa ahora? Bueno quiero matar a su hermana y a Stefan; Damon está bien, me gusta su sarcasmo, pero los otros dos...¿Los puedo matar? Los quiero matar, los voy a matar.
-Jer, ¿Puedo pasar a tu baño? -murmure en su cuello, por qué si, me acosté sobre su hombro y aquí me acomode.
El asintió y beso mi frente, le sonreí y me levanté, me dio ternura su cara, así que bese su nariz.
Maldito cabello de escoba usada, ese vampiro ruega porque le arranque el corazón.
Entre al baño con ese pensamiento en mi mente, el idiota del novio me siguió, hice mi asunto, lave mis manos y salí preparada para lo que sea.
-¿Cómo conoces a Jeremy? ¿Que quieres de el? -trato de usar la compulsión.
Incline mi cabeza y lo mire atentamente.
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-Perra, no te metas conmigo. -dije mientras hervía su sangre. -Mantente lejos de mi y yo considere el talvez no asesinarte, intenten lastimar de nuevo a Jeremy y causare un gran genocidio. -sonrei y pase sobre su cuerpo.
El idiota seguía retorciéndose del dolor, lo estaba hirviendo y no me detuve hasta llegar a lado de mi chico, me dio una tierna sonrisa que no pude evitar devolver.
Si estos imbéciles quieren guerra, eso obtendrán entonces, cuando vengan a mi, porque se que vendrán, escucharán mi trato y no podrán negarlo; porque me necesitaran y que mejor que aprovechar un poco.
