summer '86

four

Despertar junto a Eddie era algo que Steve nunca esperó que sucediera, pero aquí estaba, mirando la forma en que el cabello del chico cubría la mitad de su rostro y escuchando su suave respiración. Todavía estaban en sus lados separados de la cama, gracias a Dios, pero el otro hombre estaba acurrucado hacia él, con una mano extendida en el medio de la cama como si hubiera estado tratando de alcanzar a Steve mientras dormía.

La luz del sol entraba a raudales por la ventana y dejó a Steve entrecerrando los ojos para tratar de trazar las líneas del rostro de Eddie con sus ojos. Movió su mano donde estaba recostada sobre su espalda y la apoyó junto a la del otro hombre, los dedos le picaban por la necesidad de conectar sus palmas y saborear el momento un poco más.

En cambio, lanzó una larga mirada al rostro relajado de Eddie y salió de debajo de las sábanas. Se puso una camiseta y estiró los brazos sobre su cabeza. No había movimiento en la cama, por lo que Steve salió en silencio de la habitación y bajó las escaleras para ver si alguien más estaba despierto, sacudiéndose la persistente sensación de satisfacción que le trajo la vista de la mañana.

—Ah, hola —Robin lo saludó con una sonrisa, una taza agarrada entre sus manos donde estaba sentada en el mostrador a pesar de que había taburetes en perfecto estado al otro lado. Él tomó la taza de ella.

—Ugh —Steve hizo una mueca y se lo devolvió después de un sorbo del que se arrepintió.— Mucha azúcar.

—Me gusta dulce —Robin se encogió de hombros.

—¿Qué se está cocinando? —Steve caminó hacia la estufa donde Lucas y Dustin estaban uno al lado del otro manejando un par de sartenes.

—¿No reconoces el olor a tocino y huevos? —Dustin levantó las cejas.— Vamos, Steve. Puedes hacerlo mejor.

—Estaba siendo educado —Steve puso los ojos en blanco. Se frotó la nuca, pensando aún en el hombre en la cama que acababa de dejar, probablemente sintiéndose mucho más tranquilo que Steve. Agarró una taza y vertió el resto del café de la cafetera en ella.

Durante los siguientes minutos, se les unió la mayoría de los demás, convocados por el olor del desayuno cocinado con rostros arrugados y estómagos gruñendo. La cabellera de recién levantado de Mike era épica, y Steve escondió una sonrisa detrás de su taza. Como el niño se había dejado crecer el pelo, estaba rebelde más de la mitad del tiempo. Claramente, aún no había aprendido a manejarlo como lo había hecho Eddie. Todos se reunieron alrededor de la isla de la cocina para servirse los platos y tomar sus diversas bebidas matutinas. Steve se enteró de que Lucas no bebía cafeína y Dustin tomó su café negro sin azúcar. Ambas cosas que realmente no había esperado, pero estaba complacido de aprender.

Se metió tocino en la cara con una rebanada de pan tostado y trató de no mirar las escaleras con demasiada frecuencia, todavía esperando que el último de ellos saliera de la cama. Como convocado por sus pensamientos, el gemido de Eddie llegó desde el segundo piso mientras descendía. "

—Todos ustedes son madrugadores —Eddie se pasó una mano por la cara mientras se deslizaba hacía la habitación, con las extremidades sueltas y cansado. Se animó cuando vio sus platos y se abrió paso a empujones en el espacio entre Steve y Robin, sin molestarse por la falta de asiento. Agarró un trozo de tocino del plato de Steve entre sus dedos y se lo comió entero.

—Modales, Munson —Steve lo miró y tomó un largo sorbo de su café.— ¿Alguien te enseñó modales?

—¿Modales? —Eddie tarareó pensativo.— Nah, nunca he oído hablar de ellos —Envolvió su mano alrededor de la que Steve estaba usando para sostener su tenedor y recogió un poco de huevo, guiando sus manos unidas para alimentarse con un dramático chasquido de labios.