Oneshort Lealtad [Roronoa Zoro]

El caballero y la princesa

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Escenario:

Zoro era un niño de la calle hasta que la princesa Arya lo enfrentó y decidió brindarle la oportunidad de ser su guardia personal, desconfiado, el niño acepta porque se acercan las duras épocas de invierno y si puede conseguir un maestro que le enseñe a ser un espadachín, no le importaría estar bajo el mando de esa energética niña peleadora, ¿Quién iba a saber que se terminaría enamorando de su ama, la cual le correspondería a sus sentimientos ignorando su noble estatus y un compromiso que ni sus padres, los reyes, ni ella quieren?

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Zoro sostuvo suavemente el mango de su espada y miró en cielo mientras se apoyaba contra la pared, ¿Cuántos años habían pasado? Recuerda que cuando apenas era un mocoso una niña problemática se metió con él y ambos tuvieron una lucha que lo llevó a recibir la paliza de su vida. En ese entonces, él había subestimado la lanza de la niña y los días siguientes no pudo evitar arrepentirse de ello con los moretones en su cuerpo y las casi fractura de hueso que tuvo.

Una sonrisa divertida apareció en su rostro mirando a la fría princesa de hielo tan conocida por todo su pueblo, siendo benevolente con las personas del pueblo y dura con los nobles morosos, sin querer relacionarse realmente con los nobles del reino.

¿Quién diría que tan fría y educada mujer le daría una paliza todos los días si ve que descuida su entrenamiento? ¿Quién diría que ambos entrenan en la noche en la habitación de entrenamiento privada de la mujer? Demonios, Arya más de una vez le ha dado una paliza a todo su ejército sin siquiera mostrar su máxima fuerza, llegando a tener luchas dementes con su padre cuando puede.

Claro, todo eso no es conocido ni por los egocéntricos nobles o los pueblerinos, ¿Qué cara pondrían si supieran que tan inalcanzable mujer era una adicta total al entrenamiento y a la emoción de la batalla? Los bastardos creían que las princesas eran suaves y tiernas a excepción de una de las hijas del rey que era extremadamente cabezota e imprudente que se peleaba con todos y había declarado en un banquete que ella sería la mejor guerrera cuerpo a cuerpo del reino.

Zoro sonrió ligeramente, nadie creía que en las expediciones contra los monstruos, alguien del tan alto estatus como Arya lograría derrotar grandes monstruos que ni siquiera él podría, con una sed de lucha insaciable, los únicos que podrían observar la situación y matar a los monstruos circundantes serían los caballeros bajo el mando de esta princesa guerrera a la cual apodaron la pared de hielo, no solo por su hermoso cabello celeste pálido o su esquiva personalidad con los nobles, sino que cuando hubo una gran horda de monstruos inesperada, ella se puso delante de todos y no dejó que ni un solo monstruo pasara ni lastimara a sus soldados, fueron más de dos días y dos noches sin dormir y ella siguió luchando hasta que los monstruos se retiraron ante tan grande adversario.

-Zoro, vamos -habló frívolamente Arya sin pizca de emoción en su rostro y él hizo una ligera reverencia a esas nobles que chismorreaban por la apariencia feroz de él y el mal gusto de la princesa al siempre tenerlo cerca.

Mientras se adentraban en los pasillos hasta la habitación de Arya, la mujer de cabello celeste iba caminando con dignidad y seguridad, hasta que cerraron las puertas de su habitación y Arya se quitó toda las joyerías y accesorios a la velocidad de la luz junto con que su elegante vestido salió volando y cayó sobre la cabeza del espadachín, el cual suspiró con una pequeña sonrisa divertida.

-Duraste más que la vez pasada, felicidades -bromeó el espadachín mientras Arya se tiraba a la cama y golpeaba sus almohadas infantilmente.

-¡Odio los bobles! ¡Son tan molestos! ¡Las chicas solo tienen en su mente perfumes, joyas, el chisme sobre la chica que no fue con su prometido a la fiesta, sobre pastelería, música, comidas elegantes, restaurantes y demás! ¡Las conversaciones son tan superficiales! ¡Y la mayoría solo se dedica a calumniar a otra mujer a la cual sonreirán luego y tratarán como amigas del alma!