○𝑮𝒓𝒂𝒉𝒊𝒎, 𝒆𝒍 𝑺𝒆𝒏̃𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝑻𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂𝒔 𝑰𝒏𝒇𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓𝒆𝒔○

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Después de haber descubierto el mecanismo para entrar al templo (el cual Link se partió media hora la cabeza pensando como era) comenzamos a investigar, era un tanto grande pero no el suficiente como para perdernos.

-¡Link si te apresuras, prometo darte veinte rupias!– hable algo desesperada mientras permanecía atada viendo como una araña gigante se acercaba hasta mi lugar– ¡Rápido!

El rubio terminó por matar a unos monstruos y rápidamente asesino a la araña haciendo que algo de su sangre salpicara en mi cara.

- Que sean treinta– dijo Link con su típica sonrisa mientras me sacaba de aquella telaraña– te dije que no era buena idea acercarse a ver la telaraña, ¿por qué siempre tienes que desobedecer?

Una risita salió de entre mis labios mientras terminaba de salir de aquella trampa mortal, pero un paso en falso hizo que por poco callera al vacío, por suerte Link reaccionó rápidamente y me sujetó de la cintura pegándome hacia él. Un sonrojo brutal se pintó en  mis mejillas al sentirlo más cerca, esto ya había pasado mientras bajábamos para llegar donde Impa... pero esto se hacía un poco más extraño para mi gusto. Nunca experimenté momentos así con Link, ni siquiera cuando éramos niños, pues el siempre se la pasaba con Zelda y lo único que podía hacer... era observar desde lejos como Zelda... se llevaba de a poco... algo que... algo que yo...

- ¡___eso estuvo cerca! ¿Estas bien?– sus manos sujetaban mi cintura, sus ojos estaba pegados a los míos y sentimientos que creí muertos daban pequeñas señales de vida– _____

- ¿Eh? ¡Ah lo lamento!– rápidamente me separe de aquel rubio este me miraba aún preocupado pues mi cabeza estaba más que activa y necesitaba centrarme en rescatar a... Zelda.

Nos valanceamos para quedar frente a una gran puerta que marcaba el posible final de esta aventura, no era que me emocionará seguir, pero pensé lo que dijo Link... solo estábamos aquí para salvar a Zelda... una vez que estemos con ella, regresaremos a Altarea, su padre la abrazara eh incluso harán una gran fiesta de bienvenida, le agradecerán a Link por haberla rescatado, probablemente el rubio confesaría sus sentimientos o los haría públicos a la sacerdotisa, ella los corresponderá y toda Altarea festejará aquella asaña, pero ¿dónde quedó yo?. Bueno, sencillo... donde siempre eh estado desde que tengo memoria, mirando desde una esquina... observando cómo aquella chica... como aqulla chica es feliz... junto a Link.

- Hey tranquila– sentí como una mano acariciaba mi cabeza despeinado los mechones que estaban fuera de mi gorro– también tengo miedo, pero prometo que cuidaré de ti ¿está bien?.

¿Como podía estar tan calmado? ¿Acaso no le daba miedo el futuro? Lo que pasará una vez regresamos a Altarea... o es que ¿yo soy la única que está ansiosa por lo que pasara?.

Link... tienes presente la promesa ¿verdad?– los ojos des rubio de un momento a otro reflejaron tristeza mientras asentía– Andando.

Decidí ignorar lo que acababa de decir Link por el simple hecho de que teníamos un solo objetivo, rescatar a Zelda.
Pronto coloque la llave en el lugar correcto y esta brillo para después dar los paso a una sala muy peculiar. Solté un suspiro y decidí entrar junto a Link, todo parecía tranquilo hasta que la puerta detrás de nosotros se cerró dando indicio a que algo malo pasaría.

- Valla, valla, pero si son los críos que he visto allá afuera– nuestra mirada se posicionó de inmediato en la puerta que estaba frente a nosotros donde se encontraba un "hombre" muy peculiar– Oh, ¿pero dónde están mis modales? Déjeme presentarme, mi nombre el Grahim, y soy el señor de este lugar al que llaman Tierras Inferiores.– dijo haciendo una reverencia.– Aunque... a ti ya te había visto, me sorprende que hallas sobrevivido a mi remolino

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