Capítulo 18

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Salí del baño un poco más tranquila. Mi padre le enseñaba fotos de Rafael pequeño a Alexander, el cual las miraba con atención y admiración.

No sabía cómo me sentía. Eran tantas emociones que no podía describirlas.

-Voy a salir, ¿puedes quedarte con Rafael?- pregunté mientras guardaba mi celular en mi bolso.

-Claro, pero, ¿A dónde iras?- cuestionó mi padre.

-Ryan requiere unas firmas y regresaré rápido- dije mirándolo -Pero quiero que Alexander sea quien se quedé con Rafael-

Mi padre abrió tanto los ojos que creí que se le saldrían. Mi ex esposo palideció un poco y noté el ligero temblor de sus manos.

-¿Podemos hablar en la cocina?-

Asentí y seguí a mi papá. Alexander cargaba a Rafa, pero no sabía que hacer o como moverse.

-¿Estas loca?- grito en un susurro -Ni siquiera sabe cómo calmarlo y quieres dejarlo con él. Pensé que no confiabas en él y querías ir lento-

-Necesito saber que realmente quiere ser padre y no solo verlo en los mejores momentos. Quiero que se haga responsable y saber que puedo confiar en él. Sé que es arriesgado y peligroso, pero el que no arriesga no gana-

-Pero tú no vas a ganar nada- contradijo.

-Yo no, pero Rafael va a ganar un papá y eso es lo que más me importa. Si no está listo, dejaré que se vaya-

Mi padre suspiró y cerró los ojos.

-¿Y solo los abandonaras?- dudó.

Negué con la cabeza.

-Hay comida en el refrigerador y leche, hay que dárselo para llevar y dejemos que hagan su día-

-Bien- aceptó -Pero si algo le pasa a mi nieto, te juro que duermes en el jardín-

Reí ante su amenaza.

-No voy a dejar que nada malo le pase-

Mi padre se acercó al refrigerador y comenzó a guardar la comida para dársela. Salí de la cocina y me acerqué a ellos.

-Mi padre saldrá a ayudar a un amigo y yo necesito ir al trabajo, necesito que te quedes con él y lo cuides- dije firmemente.

-Pero yo no sé ser padre- contestó a la defensiva.

-Nadie nace sabiendo ser padre. Yo no supe ser madre, y aun sigo aprendiendo, pero hago el mejor intento, ¿tú lo harás o busco a alguien más?-

Si decía que no, le restaría como 1000 puntos.

Alexander suspiró derrotado.

-Lo haré, solo dime que hacer y cómo hacerlo-

Sonreí.

Si Alexander quería estar cerca de Rafael, tenía que entender que esto era más que solo verlo sonreír y jugar.




-¿Entonces solo tengo que mecerlo lentamente?- preguntó Alexander mientras guardábamos todo en su camioneta.

-Si, pero no muy rápido, porque si no pensara que están jugando y no se dormirá- respondí.

-Pero no muy lento, porque si no comenzará a llorar de sueño- apuntó mi padre.

Él asintió intentando captar toda la información que le acabábamos de dar.

Pasamos la ultima hora preparándolo para cuidar todo el día a Rafael, le dimos consejos y como hacer cada cosa. Mi hijo era un niño muy tranquilo y obediente, mientras lo cuidaras bien y supieras que hacer a cada una de sus demandas. Igualmente, le dimos comida, leche y todo lo necesario para sobrevivir un día.

Siempre Contigo #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora