44. Propuesta (Agustín)

1K 305 178
                                    

La invito a cenar a un restaurante que fue importante en nuestra historia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La invito a cenar a un restaurante que fue importante en nuestra historia. Es hora de sentar cabeza y de darle a la mujer que me ayudó a renacer, una certeza, un futuro, una promesa.

Mi concepto del amor también ha cambiado después del accidente y nunca supe muy bien por qué. Dejé de pensar en las mujeres como una diversión de una noche y en el amor como algo hecho solo para tipos blandos y aburridos, comencé a desear enraizarme, despertar cada día con una mujer que me amara y a quien yo amara. Que no hubiese tenido amor de chico no significa que alguien no podría escogerme ahora, y en algún punto al fin lo había entendido, si antes no quería pareja y no tomaba en serio a nadie, era solo por el miedo de sentirme de nuevo abandonado.

Es impresionante lo mucho que nos marcan las heridas infantiles, será porque los niños no las comprenden, de pronto sienten toda esa angustia e incertidumbre y caminan a través de ellas sin saber bien a dónde van, sin poder elegir, sin poder comprender.

Y yo ya no soy un niño, soy un hombre con una segunda oportunidad para rehacer mi vida y hacer que este instante tan pequeño que significaba mi tiempo en la tierra, valga la pena.

Estoy orgulloso del hombre en el que me he convertido y por eso me siento lo suficientemente preparado para dar el siguiente paso.

Malena mira el anillo que le tiendo entre mis manos, sus ojos se cristalizan y puedo ver la duda sobrevolando su mirada.

—No tienes que decir sí ahora —susurro—, si te parece demasiado...

No niego que su reacción me deja sorprendido, pensé que era lo que quería, estaba seguro de que la haría feliz. Ella niega y trata de contener las lágrimas que siguen amenazando con salir.

—No es que no quiera casarme contigo, Agustín, creo que es lo que más quiero en el mundo...

—¿Entonces?

—Creo que... yo... hay algo que tengo que decirte para poder tomar una decisión tan grande como esta... Podría callar, sí que podría —dice con la vista perdida en la ventana y parece hablar más para ella que para mí—, podría callar para siempre... —murmura—. Pero no sería justo... no sería algo bueno... —Entonces aspira mucho aire y fija sus ojos en mí—. Te amo demasiado, siempre te he amado demasiado como para ocultarte cualquier cosa... y llevo demasiado tiempo haciéndolo. Claro que desearía casarme contigo, más que nada en el mundo, pero necesito que tú seas feliz a mi lado... y solo...

—Me estás asustando —susurro.

El corazón lucha en mi interior por salírseme del pecho retumbando como loco contra mi caja toráxica, buscando incluso escaparse por mi garganta.

—¿Qué dices? —insisto ante su silencio y el temblor en sus manos.

—No sé mucho, pero diré lo que sé y en base a eso tú tomarás tus decisiones.

Siento que mi piel pierde todo su color y comienzo a sudar frío, sé que se viene uno de esos momentos, lo intuyo, uno de esos que hace rato aprendí a identificar, esos que traen cambios.

INTANGIBLEWhere stories live. Discover now