02. Caliente y Descarado [KaiSoo]

CAPÍTULO TRES

CUANDO LA VIDA COMIENZA A CAMBIAR

— ¿En dónde estamos? — KyungSoo se animó a cuestionar una vez la chica terminó derrapando la camioneta en la entrada principal de un enorme casa en lo más alto de la montaña.

¿Debería estar asustado? Suponía que sí, pero el shock y la adrenalina que aún corrían por su cuerpo, a lo mejor le impedían procesar lo que realmente estaba pasando a su alrededor.

— En la casa de la manada. — respondió agitada. KyungSoo quiso pasar por alto el comentario. — Oh no... — Joy murmuró al ver a un muy molesto Alfa saliendo de la cabaña. — No te vayas a asustar. ChanYeol podría parecer un tipo sacado del infierno, pero muy dentro de él es un tierno perrito de compañía ¿De acuerdo?—

Y de verdad esperaba que la mujer tuviera razón, porque ese musculoso hombre de verdad parecía sacado de un cuento de terror.

A estas alturas, estaba comenzando a preguntarse si hubiera sido mejor dejar que alguno de esos dos lunáticos del burdel acabará con él de una vez por todas.

— ¡Park SooYoung! !¿Qué carajo te está sucediendo?! — exclamó el Alfa con una voz profunda y plagada de molestia.

— ¡ChanYeollie! ¡Hermanito, que guapo te ves está noche! —

El hombre gruño. SooYoung dio un respingo, mas no dejo de sonreír.

— Dime qué hicieron ahora. — exigió de forma hosca y autoritaria.

Con mucho sigilo, KyungSoo llegó hasta estar tras la espalda de la chica que encaraba al líder con valentía.

— Mira Chan, no te alteres, por favor. Hay alguien que necesita que todos estemos tranquilos y hacerle saber que lo vamos a ayudar. —

Si bien ChanYeol ya se había dado cuenta de la presencia de un ser humano, fue la primera vez que le puso los ojos encima.

De delgado y enfermizo semblante. Con la piel pálida, facciones infantiles y unos profundos ojos negros que expresaban el terror que su rostro no se permitía, ChanYeol sintió empatía por el joven que lucía desorientado.

— Bien. — Aceptó, cambiando su tención de ella a él. — Soy Park ChanYeol. Él hermano mayor de SooYoung. —

— Kyu- KyungSoo. — respondió con una suave reverencia.

— Vamos a dentro. La noche está helada. — a paso torpe e indeciso, KyungSoo se cuestionó su buen juicio.

Vagamente, pensó en la oportunidad que el bosque de la montaña le brindaba para escapar. Sin embargo, no había sobrevivido tantos años por arrebatos inconcientes de un momento.

No. KyungSoo, muy a pesar de lo que todos pudieran pensar de él, era una chico astuto. Así que con las emociones arremetiendo con fuerza violenta e iracunda, se encaminó a la hermosa cabaña en medio de la nada.

Cuando cruzó el lumbral, fue el centro de atención de un par de personas que parecían entablar una conversación.

No pudo evitar temblar ante lo desconocido.

Por lo menos, SooYoung pensó en darle un largo suéter antes de bajar de la camioneta. No quería no imaginarse llegar a ese lugar vistiendo solo la lencería que traía debajo.