02. Caliente y Descarado [KaiSoo]

CAPÍTULO CUATRO

EL HUMANO ESTA PERDIDO

Su corazón dolió en cuanto notó como el pulso del pequeño y más hermoso ser humano en el planeta tierra se detuvo un solo segundo para luego tronar con tanta fuerza que no dudaba que pudiera salir corriendo de su pecho.

JongIn bajó la cabeza sintiéndose profundamente avergonzado.

Su lobo gimoteó como cachorro herido y con la cola entre las patas.

— No temas, por favor. — suplicó a penas en un murmullo. — Se que no me conoces y lo poco que has visto de mi es bastante...desagradable... — JongIn hizo una mueca como si le doliera el solo recuerdo. — Pero tu juro por mi vida que lo último que quiero es lastimarte. Tal vez te suene a una locura, pero, aun sin siquiera saber tu nombre, estaría dispuesto a morir por ti. He nacido para protegerte... así lo quiso la madre luna... — se formó un pesado silencio donde el moreno intento encontrar las palabras correctas. KyungSoo ni siquiera se movió. No parecía perturbado, ni siquiera interesado en lo que tuvieran que decirle, pero, JongIn seguía percibiendo el miedo latente a su alrededor. — Yo...—

— KyungSoo. — interrumpió el hombre más pequeño. — Mi nombre es KyungSoo. — Ante ese pequeño dato, el Alfa  se permitió sonreír cual lunático, muy a pesar de que el pelinegro seguía sin verlo a la cara. — Y por ahora no quiero que mueras por mí. — aclaró con su voz impasible. — Solo mantente alejado de mi, por favor. —

El corazón de JongIn se desplomó.

Pasaron largos minutos donde el moreno se quedó arraigado en medio de la oscuridad del pasillo, hasta que el olor a duraznos se volvió demasiado tenue como para estar cerca.

— Wow ¿No crees que fue demasiado intenso? En lugar de ahuyentarlo con tus colmillos, vas a hacer que escape de ti por tu personalidad tan pegajosa. — JongIn arrugó el ceño.

Su pequeño hermano, JiSung, luciendo tan soñoliento como podía, no se le quitaba esa nota sarcástica con la que solía hablar.

Un pequeño listillo y una piedra en el zapato sin duda.

— ¿Tú que estás haciendo aquí? Mocoso chismoso. — JiSung hizo una mueca.

— Hmmm, estas frente a mi habitación. — señalo con obviedad.

Al mayor se le coloreo el rostro de mil tonos de rojo.

— ¿Sabes qué? — habló para ocultar su pena. — Ya vete a dormir. — y tomando por la nuca, arrastro al joven lobo con brusquedad.

— ¡JongIn! ¡Suéltame que me lastimas! —

— Para que aprendas a no meterte en los asuntos de los demás. —

🍑🍑🍑

KyungSoo pocas veces había visto un amanecer.

En realidad, no recuerda cuando fue la última vez que vio uno.

No podía creer que realmente estuviera sentado en el porche de una agradable cabaña en medio de las montañas, utilizando suave ropa de algodón y no aquellos sucios harapos que solían cubrir su cuerpo.

No podía creer que ya no sintiera esa hambre voraz que lo carcomía cada noche.

¿Estoy en un sueño? La pregunta aparecía constantemente dentro de su cabeza.

¿Soy realmente libre? Se cuestionaba con duda, con el temor de cerrar los ojos y al abrirlos ver a Madame aparecer de la nada, para volverlo a arrastrar a aquel agujero sin salida al que llamaba vida.