CAPÍTULO SIETE

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UN RESPIRO ANTES DE LA TORMENTE

— ¡Yah! ¡Estoy muy cansado! ¡Dame un momento! —

— Dormiste tres semanas, imbécil ¡Deja de quejarte y continua! —

— ¡SeHun! —

El menor puso los ojos en blanco y fijo su mirada en su hermano mayor. En su mirada se reflejaba disgusto. Se acercó lentamente a JongIn y caminó a su alrededor, observándolo descaradamente de arriba a abajo; juzgándolo en silencio.

JongIn siempre había sido un niño quejumbroso y consentido. Bastante ridículo en su opinión.

— ¿Ya te viste ? — preguntó con seriedad.

— ¿Qué dices? — JongIn a penas pudo despegar la cabeza del suelo de lo agotado se sentía.

La prepotencia y altanería que brotaba de SeHun le resultaron insoportables.

— ¿Qué si ya te has visto en un espejo? — JongIn negó con la cabeza, confundido. — Eres débil. — el mayor exclamó una protesta y se puso de pie de un salto, con el ceño fruncido y totalmente perplejo ante la declaración. SeHun no se detuvo. — Estas demasiado escuálido. Te ves enfermo. — JongIn jamás había tenido tantas ganas de golpear a alguno de sus hermanos como el ese momento. — ¿Tu crees que así vas a poder hacer algo por KyungSoo? —

— ¡¿Qué estas diciendo, idiota?! — JongIn se abalanzó sobre SeHun y lo jaló por el cuello de la camisa.

Ni siquiera el tono molesto y amenazante que utilizó sirvió para quitarle esa expresión despreocupada y petulante que le estaba comenzado a colmar la paciencia.

De un simple movimiento, SeHun se quito a JongIn de encima, haciéndolo trastabillar hasta casi caer al suelo.

— ¿Ves lo que digo? — Preguntó en tono de burla. — No puedes ni mantener el equilibrio ¿Cómo pretendes proteger a tu pareja de esa forma? — JongIn gruñó, poniéndose de pie. — Parece que no estas entendiendo la gravedad de las cosas. Hay un cachorro en la manada, y posiblemente, dos bolsitas de droga para vampiros en casa ¿Y tu te estas quejando por hacer un par de flexiones? —

JongIn apretó la mandíbula con mucha fuerza. Estaba conteniéndose para no clavarle los colmillos a su hermano, porque al final, él tenia razón. Seguía demasiado débil y no podría proteger a KyungSoo en esa condición.

Si algo le pasara al pequeño humano por su incapacidad de protegerlo, jamás en su maldita vida se lo perdonaría, pero aunque fuera muy cierto todo lo que le SeHun había dicho, eso no quitaba el hecho de que era un completo idiota y estaba comportándose como un tirano.

Por un largo momento, ambos hermanos se sostuvieron la mirada, una lucha de fuerza silenciosa.

JongIn se dio por vencido.

— ¡Maldición! ¡Eres un imbécil! — le gritó. — Te vas a quedar solo el resto de tu vida. — SeHun se encogió de hombros, como si eso no le importará en lo más mínimo.

— ¿Quieres seguir perdiendo el tiempo haciendo berrinches o vas a comenzar a hacer las cosas bien? — JongIn frunció el ceño, pero obedeció. — ¡Una! — El moreno paró en seco y le dio una mala mirada, él llevaba más de treinta flexiones. — ¿Qué? — SeHun preguntó con fingida inocencia ante la pregunta no formulada en su rostro.

— Eres un fastidio. —

— No veo que te muevas. — JongIn volvió a bufar y continuó. — ¡Una! —

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⏰ Last updated: Feb 26 ⏰

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02. Caliente y Descarado [KaiSoo]Where stories live. Discover now