Epílogo Uno Parte Tres Lo Que Fué ⌛

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Durante tres días después de la boda, me quedé solo en casa. Me di cuenta de porque odiaba tanto el silencio, y es que cuando no había nada, no había ruido, me atacaba tu recuerdo… me atacaba mi conciencia.

Pero había llegado el momento, tenía que comenzar a caminar de nuevo, tenía que pensar lo que estaba pasando, lo que pasó y lo que será. Ya no era un niño, hacía meses que había cumplido treinta años, y aunque no era joven, debía estar conciente en que me faltaban muchos años por recorrer y por fin llegar a ti.

Así que la mañana del cuarto día, salí a la calle, está vez decidí no llevar el auto. Tome el bus a dos cuadras de mi departamento, me senté en medio y junto a la ventana, miré pasar a detenimiento cada casa, cada edificio, cada lugar.

Entonces un pequeño parloteo se armó unos asientos delante de mi, podía verles, eran dos chicos de secundaria, el más pequeño de ellos iba amenazando al otro.

—Jajaja tonto… .– Dijo el pequeño.– Dime ya, ¿Ella te gusta?.

—Ya te dije no… me gustas tú.– Golpeó su nariz.

—Shh… no digas eso… la gente creerá que es verdad.

Él lo tomó de la mejilla.—Es que es verdad.

No aguante soltar una sonrisa ante el sonrojo del chico, que se acomodó en su lugar y cubrió su rostro. Mientras el otro chico lo tomo del hombro y lo abrazó.

<<Que recuerdos>>

Baje estaciones después de ellos y ya estando frente a mi edificio, chequé la hora y aún era temprano, así que por primera vez me di la vuelta y fui yo mismo hasta la cafetería, era un lugar sorprendentemente elegante y ese aroma a café dulce en el aire. 

Con mi café en mano, me senté unos minutos afuera. Dejé que fluyeran recuerdos, no los oprimí más en mi interior y si era necesario, lloraría en silencio un rato.

Llegué a la oficina cuando fue su tiempo y está vez saludé cordialmente a todos, me senté al escritorio y revise mi trabajo, está vez decidí hacer lo correcto pero a no desgastarme en ello. 

Así, comencé mi nueva vida… con y sin mi esposo.

     .            ___________________

                    ~Meses después~

Tocan a la puerta de mi oficina.

—Yibo.– Mi madre abre.

—Adelante.– Sigo acomodando los papeles en mi escritorio.

—¿Ya desayunaste?.– Dice a la par que camina hacia mi.

—No.

—Que bueno, te he traído un poco de kimchi*, se que te va a gustar.

—Gracias… aunque no lo comeré ahora.

—Pero no has comido... 

—Voy a comer fuera. ¿Está bien si lo como después?.

—Por supuesto.

Se sentó en uno de los sofás de la sala de mi oficina. Guardó silencio y pareciera que algo le preocupaba.

—¿Cómo te sientes hoy?.– Dijo por fin.

—Pues… .– Me levanté recargándome en el escritorio.– Estoy… mejor que antes, supongo.

Sonrió un poco aliviada. Sabía que hacía su mejor esfuerzo para ver una sonrisa en mi rostro y se lo agradecía…

—Me alegra que lo estés intentando.

—Mamá.– Camine hasta ella.– Gracias por venir… por… estar aquí.

Si No Es En Esta Vida. Where stories live. Discover now