18

538 70 50
                                    

'Conway no es tan malo, tiene sus cositas.'

'Conway es muy gracioso cuando le conoces bien.'

'Conway es muy amable, conmigo lo es.'

Siempre que Toni habla de él con otros agentes, dice cosas similares, con la excusa de "querer que todos puedan verlo de la forma en la que él mismo lo hace".

La parte racional en su cerebro quiere hacer que su nuevo predilecto cierre el pico y deje de echarle flores.

Por otro lado, explicarle con lógica porqué echarle flores no es una buena idea, ya que arruinaría su reputación.

Y finalmente, su diminuto lado emocional no puede evitar pensar que es mentira.

El tabaco se consume dentro del blanco papel de liar en sus dedos, el humo inundando el interior de su automóvil.

Cometió muchos errores, aún está aprendiendo de ellos. Aún piensa en todo el daño que le causó a Gustabo, su hijo biológico, su pequeño Matthy.

Puede recordar muy bien el decrecer de la salud de Gustabo, pálido y hasta los huesos, dañándose a si mismo, mirándolo a los ojos con odio y decepción, con irises que ruegan por ayuda en silencio, sufriendo, totalmente solo.

Enteramente avergonzado de si mismo, apartándose de todo y de todos para poder sufrir en soledad, atado a una misera fantasía, buscando felicidad en cada pequeña cosa, sin poder hallar ni una pizca de ella.

Enfermo y solo... Ojalá hubiese estado ahí para él.

Gustabo se encontraba destrozado y apenas comenzó a notarlo cuando lo perdió.

¿Qué clase de padre de mierda es?

Sabe que es un hecho pasado, sin embargo su mente hace lo que le place, repitiendo que es una mala persona.

Una caja llena de mierda y decepciones.

Aún así, quiere cambiar.

No por nada asiste a terapia.
No por nada intenta comunicarse en lugar de callar las cosas que lo enfadan.
No por nada prefiere callar los insultos innecesarios.

Por eso le había sugerido al italiano formar parte de la CIA.

En un inicio, Toni se halló confundido e intentó declinar, angustiado por la culpa de sus acciones pasadas.

Ver todo desde una perspectiva neutral, sin tomar en cuenta sus emociones propias o las del contrario, estaba haciendo un daño en el menor, y Conway le hizo verlo.

No son robots.

No son juguetes.

No están vacíos.

Son personas con emociones y mentes pensantes.

Conway aclaró desde un inicio; no tiene porqué sentirse culpable o triste, nunca lo culpó por cómo fluyeron las cosas.

Eso ayudó a su pequeño platinado a poder tomar la decisión correcta, aceptando pero aún intentando recordarle todas las cosas que hizo.

Que del 'todo todo' apenas puede recordar la mitad.

El italiano sigue intentando juntar los pedazos de su memoria fracturada, y aún así, es consciente y se siente culpable por las cosas que recuerda.

Y Conway confirma, mil veces, más la pureza del menor, recordándole en cuenta nueva que no hay nada por lo que sentirse culpable.

Desde el coma, no hubo día que su preciado italiano no recordase algo por lo que debiera disculparse, llegando hasta el punto de pedir perdón por haberse robado un mochi.

Cry, little boy.⸻ TonwayOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz