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Era la tercera vez en la semana que veía a Samanta llorar por culpa de su novio, un inútil que prefería pasar todo el día trabajando para conseguir más dinero que pasar tiempo con su tierna novia. No tenía sentido, por más que lo pensara no lograba entender por qué no podía apreciar a la persona que tenía al lado.

-Esto es demasiado Sami, si él no te valora como lo mereces ¿Por qué no terminas con él?

La expresión de pánico que puso dejo bien claro que las cosas no eran fáciles. Algo dentro de mí me decía que debía protegerla de aquel chico ¿Qué le estaba haciendo para que parezca tan aterrada cada vez que le decía que lo mejor era terminar con él?

-No puedo hacerlo... Nanon dijo que era capaz de acabar con su vida si yo lo dejaba ¡No quiero cargar con esa culpa!

Un mar de lágrimas le siguió a aquella confesión ¿Cómo podía ser una persona tan cruel? No pasaba tiempo con ella, pero tampoco quería dejarla ir. Era una persona tóxica y egoísta, era muy evidente. Anteriormente Samanta también me había confesado que no la dejaba tener amigos, porque cada vez que la veía con un chico montaba una escena de celos, tampoco podía estar con una chica porque inmediatamente comenzaba a coquetearle en frente de ella. No tenía ni un poco de respeto, no esperaba nada bueno de ese tal Nanon. Si un día llegaba a cruzármelo por la calle le daría unos golpes que no olvidaría nunca.

La rodeé con mis brazos, intentando transmitirle seguridad, confianza. Quería que se sintiera protegida al lado mío. El olor a coco que emanaba de su cabello me tenía hipnotizado, me gustaba tanto que siempre que tenía la oportunidad me embriagaba en el. En ese momento no pude evitar hacerlo, pero aun así no perdí el enfoque. Lo más importante era consolarla. Permanecimos unos minutos en esa misma posición hasta que ella dejó de llorar, sus ojos rojos e hinchados me hacían sentir mal.

El mágico momento no duro mucho, ya que ella se separó de mí diciendo que debía irse porque su novio le mando mensaje diciendo que la quería ver. Eso era tan frustrante. Yo le daba todo el cariño y la atención que quería, pero era él quien podía tomarle la mano en la calle, lo de nosotros solo pasaba puertas adentro.

Camine de un lado a otro en la sala pensando que hacer. No podía quedarme de brazos cruzados mientras mi chica estaba con alguien que podría hasta pegarle. No había pasado aún, mas no me sorprendería que en cualquier momento ella me llame diciendo que el muy cobarde le levanto la mano. Ese tipo de persona era impredecible. Por suerte yo era una persona que no se rendía tan fácilmente. El plan comenzaría al día siguiente.

-¿Y qué se supone que vas a hacer?

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-¿Y qué se supone que vas a hacer?

-Golpear al desgraciado en el momento que intente ponerle las manos encima.

-Sigo sin estar muy seguro de esto, tal vez está mintiendo.

Miré a Drake de una manera que, esperaba, le hiciera darse cuenta de que era un insensible. Él también la había visto llorar varias veces por culpa del inútil que tiene como novio, pero al parecer ni una sola de esas lágrimas logro conmoverlo. Pues allá él, yo no pensaba dejar sola a mi chica. Alejaría al loco ese de nuestras vidas y entonces Samanta y yo seríamos felices. El plan perfecto.

-No entiendo como puedes ser tan insensible con alguien que necesita nuestra ayuda.

-No entiendo por qué le crees todo.

-Ella es mi novia ¿Por qué no le creería?

-Tu amante.

-Es lo mismo.

-No, no lo es. La chica que tratas todo el tiempo como a un ángel sale con vos cuando tiene novio.

-Ella no lo ama, si está con él es porque el tipo es un loco que la amenaza con quitarse la vida.

-Puedes creer lo que quieras.

Estuve tentado a decirle un par de cosas más, dispuesto a defender a mi novia, cuando justo en frente de nosotros apareció ella con un chico alto, cabello negro perfectamente peinado y unos hoyuelos que aparecían cada vez que sonreía. Demasiado tierno para ser un tóxico de primera. Siendo sincero no era así como lo esperaba, ni un poco. Seguro que cuando logre ver su verdadera cara entonces ya no me va a parecer tan lindo.

-Ya me voy.

-Solo ten en cuenta esto: si algo sale mal, voy a reírme de ti por mucho, muuucho tiempo.

Yo solo rodé los ojos y bajé del auto. Samanta estaba justo en frente de mí, caminando de la mano de aquel chico quien asentía con una sonrisa a todo lo que decía. Me dije a mi mismo que este era el mejor momento: él se pondría celoso en el momento que me viera con ella, reaccionaría mal y yo le daría los golpes que se merecía ¿Qué podría salir mal?

-¡Sami! - exclamé cuando estuve cerca, ella me miro a los ojos con pánico -Que coincidencia, no esperaba verte acá.

-Ohm... -susurro ella, mirando de reojo a su novio.

-¿Sam? ¿Él quién es?

-Él... Él es...

-Soy su amigo -me adelanté a responder, mirándolo con burla.

Esperaba una expresión molesta de su parte, que diga que yo no podía ser su amigo o que solo la buscaba para otra cosa. En su lugar, solo sonrió. Nada más, una sonrisa tranquila que me dejo fuera de juego por unos segundos ¿Qué estaba pasando? ¿Se suponía que reaccione así?

-¿En serio? Eso es bueno, ella no tiene muchos amigos. Me alegra saber que tiene con quien salir cuando no esta conmigo.

-Oh, sí, sí -pase una mano por mi cabello, nervioso -nosotros somos muuy cercanos -agregue para molestarlo, incluso pase un brazo por sus hombros, sin despegar mi mirada de la suya.

-¿Son mejores amigos? -pregunto casi con inocencia, y en ese momento me sentí como una basura.

¡Basta! Él era el mal tipo, no yo.

-Sí, somos mejores amigos.

-Soy Nanon -dijo extendiendo una mano hacia mí, la cual agarre dudoso.

-Ohm.

-Ya que eres amigo de Sami, te invito a comer a "phoenix restaurant", trabajo ahí con un amigo. Podría hacerles un descuento.

-Claro, gracias...

-Ahora, no quiero sonar descortés, pero mi novia y yo cumplimos dos años de novios, así que estamos en una cita.

-Lo siento, no sabía -me alejé un poco de Sami, mirando en todas direcciones menos al chico frente a mí -me voy entonces.

-Fue un gusto conocerte, espero que nos llevemos bien.

-Espero lo mismo.

Y con una última sonrisa de su parte, se fueron. Samanta ni siquiera volteo a verme cuando los dos se alejaron tomados de la mano.

Regrese con resignación al auto, sintiéndome como el inútil más grande del planeta. Nada salió según lo planeado. Es que... ¡Vamos! El chico parecía incapaz de golpear incluso un mosquito, pero tampoco podía guiarme por la apariencia, podría ser solo una fachada para ocultar su verdadera personalidad.

-Pero que chico más agresivo -fue lo primero que dijo Drake al verme -en serio, Ohm, por un momento pensé en llamar a la policía.

-Ya cállate.

-Es que en serio amigo, que aterrador se veía -insistió, mirándome con fingida preocupación.

-Solo cállate, Drake.

Ignore lo mejor que pude su sonrisa burlona y encendí el auto. No lo podía creer. El tal Nanon no se acercaba para nada al tipo de chico que tenía en mente, no parecía ser alguien celoso. Es más, diría que es un poco ingenuo al no notar mis claras intenciones de molestarlo, pero ¿Qué pasaba si todo era intencional? ¿Y si estaba fingiendo? Dios, todo eso me estaba volviendo loco. Lo imaginé tantas veces como alguien de aspecto desagradable, pero apenas lo vi unos segundos y se derrumbó todo.

Wrong (OhmNanon)Where stories live. Discover now