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1/¿?

P.V Nanon

No pude evitar releer el mensaje una y otra vez. Ohm me estaba invitando a salir, de verdad lo estaba haciendo.

Mordí mi labio inferior mientras tecleaba con los dedos temblorosos. Estaba nervioso, no podía negarlo. Ni yo mismo podía explicar por qué me sentía así, quiero decir, es solo un amigo, ¿verdad? No había necesidad de estar tan nervioso. Tal vez solo tenía miedo de que Ohm terminara rechazándome como los demás.

Sí, eso debía ser.

Le mandé un mensaje afirmando que me encantaría salir con él al parque de diversiones. Tal vez no con esas palabras exactas, porque no quería parecer un desesperado por atención, pero sí le dije que me agradaba la idea.

Una vez que mi mensaje se mandó, dejé el celular a un lado y me centré en la computadora, donde se encontraban los papeles y las pruebas en contra de Samanta. Sabía que tenía que ir a la policía al día siguiente para presentar esas pruebas, pero algo en mí me decía que tal vez debería posponerlo un poco. Después de todo, ¿qué podría salir mal? Las pruebas estaban a salvo conmigo, guardadas en un lugar seguro.

 Después de todo, ¿qué podría salir mal? Las pruebas estaban a salvo conmigo, guardadas en un lugar seguro

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—¿Vas a ir hoy? —me preguntó Jimmy en cuanto me vio.

—Voy mañana, hoy voy a salir con Ohm.

—¿Estás loco? Debes ir hoy, todas las pruebas estarán allí. Tu testimonio, junto con eso, podría ser suficiente para que esa loca termine en la cárcel. ¿Por qué lo pospones? Ohm no es tan importante.

—Solo... Solo va a ser un día.

Jimmy me miró con una mezcla de enfado y preocupación, sus ojos llenos de intensidad. Su mandíbula estaba apretada, mientras ponía sus manos en mis hombros.

—¿Sabes cuál es el verdadero problema aquí? Tienes miedo, Nanon. Lo sé. Esas pruebas no son suficientes para ti.

Quise negarlo, pero las palabras se quedaron atrapadas en mi boca. ¿Qué sentido tenía negarlo? Estaba aterrado. ¿Y si no me creían? ¿Y si no eran pruebas suficientes? Además, incluso con esas pruebas, no podía demostrar que ella me había atacado específicamente a mí.

Como si Jimmy pudiera leer todo el revoltijo de emociones que crecía en mi interior, me abrazó con una fuerza reconfortante, como si quisiera asegurarme sin palabras que, sin importar qué, él estaría a mi lado. Yo correspondí con la misma intensidad, queriendo que el tiempo se detuviera y dejara de avanzar, al igual que los problemas.

—Vamos a juntar más pruebas, Nanon, lo prometo. Si es necesario, buscamos testigos, lo que haga falta, ¿está bien?

—¿Cómo lo vamos a lograr?

—De la misma forma en que conseguí las pruebas de sus exnovios —aseguró.

El padre de Jimmy era policía, así que seguramente fue él quien le proporcionó los documentos. Aunque, si lo pienso bien, eso no era exactamente legal, pero ¿qué más daba? Matar personas tampoco era algo muy bien visto y Samanta seguía en libertad. En este caso, el fin sí justificaba los medios.

Un poco más tranquilo, me alejé de él, sonriendo. Me sentía más relajado al tener a alguien que me ayudara.

—¿Interrumpo? —preguntó alguien detrás de mí.

Cuando giré, Ohm nos miraba con una sonrisa, una que no llegaba a sus ojos. Estaba con los brazos cruzados. Debo admitir que se ve bastante guapo.

—¿Van a salir? —preguntó Jimmy con una sonrisa igual de falsa.

Sigo sin entender por qué parecen llevarse tan mal. Bueno, Jimmy es un poco desconfiado y sobreprotector, pero ¿Ohm? Él no tenía razones.

—Sí, me voy a retirar antes, ¿te molesta?

—Claro que no, este también es tu restaurante, ¿por qué debería decirte algo? Además, es la primera vez que te retiras antes de tiempo.

—Es cierto, pero aún así...

—Solo ve —ordenó con una sonrisa, misma que se borró cuando centró su atención en Ohm—. Cuídalo, no quiero que le pase nada estando con... con alguien como tú.

—¡Jimmy! —lo regañé.

Él solo levantó los hombros de forma desinteresada antes de desaparecer detrás de la puerta que daba a la cocina.

—Lo siento, Ohm, él es un poco desconfiado —me disculpé, tratando de suavizar la situación.

—Está bien, no pasa nada.

—¿Vamos entonces?

Ohm abrió y cerró la boca varias veces, como si quisiera decir algo, pero al final se quedó callado, limitándose a asentir con la cabeza. Sin embargo, su ceño fruncido y sus ojos entrecerrados en dirección a la puerta dejaban en claro que se había guardado varias palabras no muy agradables sobre mi mejor amigo.

Cuando llegamos al parque de diversiones, el sonido alegre de risas y los gritos emocionados llenaban el aire

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Cuando llegamos al parque de diversiones, el sonido alegre de risas y los gritos emocionados llenaban el aire. Podía escuchar el chirriar de las atracciones y el aroma tentador de algodón de azúcar flotaba en el ambiente. Habían más personas de lo normal al ser viernes, así que Ohm y yo tuvimos que caminar casi rozando nuestros brazos para no perdernos entre la multitud. Aún así, no es como que me queje demasiado.

—¿A dónde quieres ir primero? —preguntó, mirando alrededor.

Mi mirada se desvió a los juegos a mi alrededor y lo pensé bien, ¿cómo le digo que no soy un gran fan de las alturas? Las enormes montañas rusas se alzaban hacia el cielo, desafiando mi valentía. Las piernas me temblaban solo de imaginar subir a eso. Tal vez no fue una buena idea venir específicamente aquí como nuestra primera salida. Puede que no lo haya pensado demasiado, o bueno, directamente no lo pensé. ¿Qué hice?

—¿Vamos por un algodón de azúcar primero? —pregunté, tratando de desviar el tema y ocultar mi nerviosismo.

—Pero los juegos...

—Tengo ganas de algo dulce —insistí.

Sin darle la más mínima oportunidad de negarse, agarré su brazo con determinación, casi arrastrándolo hasta el lugar donde vendían algodón de azúcar. Sería una noche muy larga para mí.

Wrong (OhmNanon)Where stories live. Discover now