La Cosa del Beso - Thiam [Traducción]

3. Langosta

Liam no puede decidir si fue la peor cena o la mejor.

Su padrastro no dijo ninguna palabra sobre el beso en medio del pasillo, pero la cara de Theo permaneció roja todo el tiempo de todos modos. Fue divertido.

Tal vez se quede así para siempre ahora, como una langosta demasiado cocida, realmente avergonzada de estar demasiado cocida, y Liam está feliz porque lo hizo. Bueno, lo del beso hizo el. Su padrastro hizo lo de la langosta, pero Liam también tuvo un papel.

Theo le hizo cambiar el color de las cortinas, pero Liam le hizo cambiar el color de la cara. Se siente extrañamente orgulloso de ello.

Liam: "Hice que Theo se sonrojara"

Le envía un mensaje de texto a Mason, justo cuando Theo entra en su habitación.

Ya no esta rojo. Que estúpido.

-Voy a leerte mi trabajo ahora- anuncia y Theo resopla, pero aun así va a acostarse en la cama de Liam.

No es como si Theo supiera algo sobre el Imperio Romano y pudiera corregir a Liam si escribiera algo absurdo, pero aun así se siente bien hacer esto antes de entregarle el trabajo al maestro. Theo es un muy buen oyente, nunca interrumpe a Liam, a diferencia de Mason, especialmente porque finge no escucharlo, pero Liam sabe que en el fondo está impresionado por su conocimiento de la historia. Liam lo sabe porque Theo lo dijo en el zoológico.

Cuando llega a las múltiples causas de la caída del Imperio, Liam se emociona y comienza a caminar por la habitación y cuando se sienta lo hace en su cama, al lado de Theo, dejando la silla de su escritorio vacía.

-¿Te gustó?- pregunta al final.

Theo todavía lleva puesta la sudadera con capucha de lacrosse de Liam y está jugando distraídamente con los cordones de la que lleva Liam en este momento. Tal vez él también quiera eso, porque una sudadera con capucha no es suficiente. Pendejo egoísta. 

-Realmente no escuché- Theo se encoge de hombros y mira a Liam. La comisura de su boca está haciendo lo mismo otra vez, la pequeña sonrisa que no es realmente una sonrisa pero parece que quiere serlo.

Hay una chispa divertida en sus ojos. Liam ama un poco esos ojos.

-Me gusta tu...- dice Liam y luego recupera el control de su lengua de nuevo y se detiene abruptamente. Theo levanta una ceja, interrogante, y Liam aclara su voz. -Sudadera-

Theo sigue mirándolo. -Es tuya-

-Exactamente-

Hay silencio en la habitación durante unos segundos, luego Theo comienza a desabrocharse la sudadera con capucha, revelando la camisa blanca debajo. Liam coloca su mano sobre la de Theo, deteniéndolo.

-Guárdala- dice. Theo lo mira como si estuviera esperando algo y la piel de su muñeca está caliente bajo los dedos de Liam. Liam traga. -Me voy a dormir-

Liam es consciente de que están en su habitación y él ya está en su propia cama, pero no puede quedarse allí sin hacer nada después de decir que se irá, así que simplemente se va.

Se sienta en la cama de Theo y espera, sin saber qué hacer ahora. Tal vez Theo va a salir de la habitación de Liam y echarlo de la suya, ahorrándole la vergüenza. Por supuesto que Theo no lo hará. Probablemente esté disfrutando esto, el imbécil.

Liam no cederá primero. Además, la cama de Theo huele bien. Huele a él.

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-¿Por qué dormiste en mi cama, bicho raro?-

Cuando Liam abre los ojos, Theo está rebuscando en su guardarropa y ya no usa la sudadera con capucha de Liam. Su cabello está mojado y solo hay una pequeña toalla blanca atada alrededor de su cintura. Sus piernas son musculosas y bronceadas y su abdomen parece sacado de una revista de fitness. Liam ni siquiera sabe de dónde vinieron esos brazos.

Liam no durmió con Theo, así que Theo también durmió en la cama de Liam y no tiene derecho a burlarse de Liam. Quiere dejarlo ahora, pero no puede encontrar su voz en este momento, así que simplemente corre al baño mientras Theo se pone uno de sus suéteres ridículamente ajustados, el que se pega a sus hombros como una segunda piel, enfatizando cada músculo. Lo hace a propósito, por eso las chicas de la escuela siempre miran a Theo. Es tan vanidoso que enferma a Liam.
No se le debería permitir vestirse así, piensa Liam mientras el chorro frío de la ducha golpea su cuerpo. Debería apegarse a la sudadera con capucha de Liam: se ve bien en él y las chicas de la escuela no lo mirarían e inflarían su ego aún más. 

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Liam frota su cabello con una toalla, mirando su cama sin hacer. Su sudadera roja está sobre la almohada, toda arrugada y al revés.

Liam lo toma en sus manos y ya puede oler el fuerte aroma de Theo. Imagina por un segundo acercar la tela a su rostro y hundir la nariz en ella.

No lo hace, porque no es un bicho raro.

Él lo usa, sin embargo.    

Cuando sale de su habitación, inmediatamente choca de frente contra algo.

-Dijimos que hoy también haríamos lo del beso- Los labios de Theo, ese algo, se alejan de los suyos mientras se encoge de hombros y baja las escaleras, dejando a Liam con los ojos muy abiertos y sin aire en sus pulmones.

-¿Cuántas veces?-

Theo levanta la vista de sus panqueques, una gran gota de jarabe de arce cuelga de su labio superior y una mirada inquisitiva en los ojos.

-¿Qué?-

-Lo del beso- dice Liam, tomando un sorbo de su café -No hemos especificado cuántas veces tenemos que hacerlo hoy. ¿Hemos terminado o…?-

-Podemos hacerlo cuantas veces quieras-

Theo se ve tan hermoso diciendo eso.

-De acuerdo- Liam asiente y luego se inclina sobre la mesa, lamiendo rápidamente el jarabe del labio de Theo.

-¿Necesitan que los lleve a la escuela mientras yo voy al hospital?-

Theo vuelve a ser una langosta y Liam lo ama.

-Estamos bien, papá, gracias-

Eso a Liam le encanta.