capítulo 21

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El día de la coronación había llegado, Jungkook estaba hermoso y más aún con nuestra niña en su vientre, sí niña, porque desde que mamá dijo que para ella iba a ser niña, no dejé de imaginarla así.

Todo estaba tranquilo desde aquella guerra. Luego del entierro de mis padres, Jungkook partió hacia su reino para demostrarle al pueblo su presencia y fidelidad y les comentó nuestra idea de unificar el país, siendo lo más razonable debido a que ambos pronto nos vamos a casar, y vamos a vivir en el mismo reino,  por ende es lo más lógico. Para nuestra suerte ambos pueblos estuvieron de acuerdo.

No podía creer que tras todo lo que había pasado por fin podíamos estar juntos y en paz.

—Tae, ¿en qué piensas?
— en todo lo que vivimos para poder estar acá, así, juntos—dije acercándome y abrazándolo —tantas tristezas y ahora acá estamos, unificando a nuestros pueblos; algo que nuestros abuelos ni padres pudieron hacer.
—tenés razón, pasamos muchas cosas para poder estar así, aquí y ahora, como una familia y un solo pueblo.
—altezas, ya es hora—una voz nos sacó de nuestro abrazo
—muy bien, vayamos mi Luna—dijo dejando un beso sobre mi frente
—Vamos mi Sol.

Ambos nos encaminamos en medio de la multitud que aclamaba por sus nuevos reyes. Era un día de festejos, no sólo asumían los reyes sino que también se producía legalmente la unificación de las manadas.

Luego, en el festejo, Jungkook de la nada toma mi mano, al verlo su rostro se encontraba adolorido, y su otra mano en su vientre. Debajo de él, un charco de agua rodeaba la silla.
—Tae, creo que está por nacer.
La sonrisa de ambos se iluminó.
—llamen al médico real, Jungkook está en trabajo de parto

Y así fue como el festejo se escandalizó, todos felices aún más por la llegada del futuro heredero. Hijo del sol y la luna. Hijo de ese amor que costó tantas vidas y sufrimiento. Ahora,  Felices y en paz. Dos reinos enemigos unidos por el amor de sus reyes.

Todos corrían de la emoción, del miedo, de la incertidumbre que acarreaba el nacimiento de ese bebé. El nacimiento de la unión de dos manadas que habían sido enemigas durante décadas. Y el amor del sol y la luna.
Jungkook lloraba mientras pujaba en busca de que ese parto tan añorado fuese llevado a cabo, Taehyung a su lado, tomado de la mano, dándole la fortaleza que necesitaba para seguir.
—Vamos Kook, un poco más
—No puedo Tae

El médico se encontraba en la punta de la cama esperando que nuevo miembro de la familia Kim asomara su cabeza.
En cuestión de segundos, la misma se hizo presente y en otros segundos más yacía en manos de las enfermeras.
Una vez cortado el cordón, inició el apego. El contacto de su cuerpo con el de sus padres le brindaba todo el amor que necesitaba.
El llanto del nuevo miembro se hacía presente en la sala, ambos padres lloraban de la emoción al ver a esa pequeña criatura en sus brazos.
—Al final, era cierto lo que decía mi madre, fue una niña.
—y la más linda de todas. Tae..
—¿si?
—te amo
— y yo a vos—tras decir eso, coronó mi frente con un suave beso.

Y esa fue nuestra historia, la de dos amores que sufrieron mucho para poder estar juntos. Pero valió la pena, porque un amor así supera cualquier cosa de la vida.

SANGRE DIAMANTE. TAEKOOK Where stories live. Discover now