dieciocho

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«Dylan Masa»

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«Dylan Masa»


E

ran alrededor de las 7 de la mañana, me encontraba dirigíendome a la plaza donde me encontraría con Tori. Iba tan metido en mis pensamientos que me asusté cuando me agarraron del brazo y me arrastraron por un rato.

—La puta madre, Melina, me cagué todo —le dije y ella me sonrió mientras seguía arrastrandome.—Para un toque, no voy al colegio.

—¿A dónde vas entonces? —me pregunto mientras levantaba sus cejas y tocaba mis manos.

—Tenia que ir a la librería a comprar algo para mí mamá —le mentí secamente y Melina soltó un soplido.

—Tu mamá puede ir sola, vos tenés que ir al colegio y después almorzar conmigo —dijo Melina mientras agarraba mi mano, me solté de ella y negué.

—Te dije que tengo que hacer cosas Melina, no voy a ir al colegio —le dije de nuevo y ella insistió.

Llegamos hasta la puerta del colegio, me frene antes de entrar y Melina me miró mal.

—Dale, Dylan, después podés ir a hacer tus cosas —dijo Melina y volví a negar.

—dejame, me voy y no le digas nada a nadie porque me vas a conocer, Melina —la amenacé y ella arrugó su nariz.

—¡Dylan me estoy volviendo loca por lo que siento por vos, olvídate de la estúpida de Victoria y dame bola a mí!—exclamo Melina y la mire mal, está re loca.

—No voy a dejar a mi novia por una loquita como vos —le dije mientras intentaba irme.

Melina me agarró de los brazos y me obligó a abrazarla, ví a varios compañeros mirarnos y supe que si la empujaba o la trataba mal a Melina me iban a cagar a palos. Melina apretó su cuerpo contra el mio, me removí incómodo y solté un suspiro cansado.

—Dale, Melina, me tengo que ir —le dije y ella negó.

—¿En serio Victoria es tu novia? —me pregunto y yo asentí.

Cómo Melina no me soltaba opte por mentirle.

—Vamos adentro, ya está por tocar el timbre —le dije y ella me sonrió mientras se alejaba de mi.

—sabia que ibas a aceptar quedarte conmigo. Te amo tanto, Dylan —la escuché decir, iba a decirle que no era por ella, pero no pude ya que tenía sus labios sobre los míos.

Me harté de la situación y comencé a alejarla de mí, pero ella apretó mis brazos con sus manos y me obligó a besarla.

Después de unos segundos me separé de ella, la empujé e intenté calmarme. Tenía ganas de golpearla por ser tan irritable, pero me jure no pegarle a ninguna mujer.

Ella; DillomWhere stories live. Discover now