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«Omnisciente»
El frío de la noche era casi aguantable, ambos adolescentes apenas podían sentir calor con sus camperitas sueltas que usaban todas las mañanas para ir al colegio. Nunca habían pensado que estarían en esa situación, sin un techo, sin un plato de comida o el calor de mamá…
No se fueron por cobardes, se fueron por amor, por algo mejor, para ser mejores…
Y aunque en todos los lugares de alojamiento los rechacen por la falta de dinero.
La perdida de esperanza ya estaba presente, el mismo Dylan soltó en llanto luego de caer rendido en el suelo de un callejón. Tapo sus ojos con ambas manos y soltó todas sus lágrimas, deseo tener un cigarro con el pero los que tenía ya se los había fumado horas antes.
La gente que pasaba lo miraba, algunos soltaban soplidos altos para que el y los demás lo escuchen y otros simplemente lo ignoraban.
—Siguen llegando vagabundos —escucho Dylan la voz de una señora.
El chico se sentía de la peor manera, no encontraba por ningún lado a su morocha y ya no sabía por dónde más buscar. ¿Y si le había pasado algo? La pregunta lo perseguía, pero también la duda de si ella en realidad se vino a rio negro estaba presente…
Mientras tanto Victoria, quien caminaba a paso lento por en medio de una calle, el frío le hacía dar ganas de llorar hasta morir.
Morir, el sentimiento raro ese que a veces llega le llegó a ella… Ganas de morir le dieron, sentía que ya no tenía nada por lo que vivir.
Había comenzado a nevar hace unas horas atrás, en ocasiones creyó que había frenado pero apenas lo pensaba los copos de nieve volvían a caer en cantidad. Se dió calor a ella misma con sus brazos y trataba de esconder su cara entre un pañuelo.
Limpio sus lágrimas y respiro intranquila, debía calmar su llanto porque sus ojos ya estaban rojos y cada vez que las lágrimas aparecían no podía ver bien.
Ambos se sintieron solos, sin esperanza alguna…
En medio de la noche, ambos se dignaron a seguir su camino por la calle principal, no había ningún coche andando por esa calle a causa de la hora que era.
Ambos caminaron buscando algún lugar, una plaza, un descampado, cualquier cosa. Pero lo que encontraron fue algo diferente, algo que les hizo volver a sentir esa chispa.
Dylan mientras caminaba en medio de la calle con su bolso en manos observó a alguien frente a el venir a lo lejos, sostuvo su bolso con fuerza por las dudas de que no se lo quieran robar.
Mientras esa persona más se iba acercando sintio reconocerla, en su pecho sintió un apretón, un calor… Quien estaba caminando frente a el era Victoria… Su Victoria.
Victoria llevaba la cabeza agachada, ella observaba sus pasos mientras apretaba sus labios y trataba de no volver a llorar.
Escucho pasos cerca de ella, levantó la vista y al ver a una persona su caminar frenó.
—Tori… —susurro dylan acercandose a la morocha.
Victoria sintió como de sus ojos volvían a caer lágrimas, está vez las ignoro y de inmediato corrió a los brazos de su chico.
Dylan soltó su bolso y la mochila que traia para tomar en brazos a Victoria, la abrazo fuertemente y ambos permanecieron largo rato así.
El calor de ese abrazo lo necesitaban los dos, ambos sentían esa chispa dentro de felicidad. Aunque estén en una situación no tan buena sentían que iban a estar bien, se tenían el uno al otro ahora.
Se separaron y Dylan corrió el pelo de la cara de Tori, observó su rostro rojo por el frío y también húmedo por las lágrimas.
—Mi vida… Te encontré… —susurro Dylan y Victoria soltó un sollozo.
Victoria había pensado en Dylan besando a Melina, pero en ese momento ese pensamiento se esfumó y solo tuvo ganas de abrazar al rubio.
—Dy, dios, te amo… —susurro victoria acercando su rostro al de el para besarlo. Disfruto de ese beso, ambos lo hicieron.
Apenas se separaron Dylan le sonrió apenado.
—Te voy a explicar todo lo que pasó, ¿si? —dijo Dylan y Victoria asíntio luego de limpiar un poco las lágrimas de su rostro—Pero antes vamos a algún rinconcito a descansar, traje algo para taparnos.
—vamos, me parece que hay una plaza por allá —dijo victoria mientras tomaba la mano del rubio.
Ambos se habían encontrado, se habían salvado el uno al otro, se habían ido, se habían enamorado…
Y aunque el amor no toque la puerta de todos, está vez tocó la puerta de estos dos adolescentes perdidos, salvandolos a los dos.
FIN.
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perdón x este final tan corto ;(
Espero que les haya gustado el fic, y gracias a todxs por bancarlo 💘
